Ahora podía verlo

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No perdieron más el tiempo, al parecer ya estaba más que emocionada en obtener aquello que para los shinigamis es sumamente importante al igual que el uniforme… Sin embargo, al contrario del uniforme que podía cambiarse notablemente con un permiso especial concedido por el jefe, este objeto en particular podía elegirse con el estilo que el shinigami o cliente deseara.

Un hombre salió de una larga y delgada cortina.

Los miró en seguida ambos.

-¿Puedo ayudarlos en algo?- Inquirió.

William se acercó.

-Sí… Hemos venido por esto.- Señaló.

Con su guadaña alzó sus lentes. El hombre entendió y asintió confirmándolo.

Soltó un “Mmm” pensativo mientras se acercaba a Arwyn. Miró sus ojos atentamente y después miró el estante detrás de él.

-Creo que podremos encontrarles los adecuados…- Mencionó y después la volvió a mirar- Acompáñeme por favor.

Y así fue.

William caminó detrás de ellos dirigiéndose justo delante del gran estante.

-Mmmm…- Se impulsó con gran fuerza  hasta arriba.

Arwyn miró perpleja la escena y en seguida giró su mirada a Will buscando de una respuesta… Un hombre así, al parecer con años ya cargados, ¿¡Saltando así!? En ese mundo sí que se aprendía cosas nuevas cada día más que pasaba. Éste realizó un gesto para hablarlo después.

El hombre aterrizó impecablemente.

Mostró 3 pares diferentes de lentes.

-No sé cuál es tu grado de ceguera, y me he dado cuenta de tu tipo…- Pero mientras dijo “tipo”, Arwyn prestó atención más a lo que seguramente el hombre sabía que ella no- Pero no te debe de importar eso. Esto sí es importante si quieres lograr recolectar almas, he escogido el tipo de lentes que una persona con el conocimiento ha dejado para ti… Sólo tienes que escoger el diseño.- Mencionó.

Ella ya no sabía qué pensar; William lo había notado también…

Le mostró nuevamente el hombre los lentes.

-Elija uno.- Señaló.

Arwyn desplazó su vista nuevamente hacia los lentes.

Estaban unos lentes color avellana con un extraño detallado  con rayas blancas. Negó en su subconsciente; Después proseguían un par de lentes idénticos: Negros pero en uno con un apartado para un grabado… No sabía si sería buena idea… No, de hecho, la idea llegó a su cabeza y eligió esos.

-Quisiera estos.- Escogió.

El hombre guardó los otros 2 en su bolsillo y miró aquella sección.

-¿Deseas grabarle algo?- Inquirió.

Arwyn se sonrojó levemente y asintió.

-Muy bien…- Se dirigió hacia otra sección cubierta por un bajo muro.-Ven aquí.

Antes de acompañarlo, miró a William.

-¿Puedes esperar aquí un momento?- Inquirió.

Él no tenía idea, pero… Aceptó a pesar de desconocer la razón.

Arwyn acompañó al hombre para dictarle el grabado.

Una sonrisa se mostró en el rostro de William, sabía que ella estaba feliz por obtener esa pieza tan importante que seguramente se convertiría en su joya y objeto más preciado… Y era verdad, porque sin eso, no podría volver a ver el mundo como debería de ser.

Después de un par de minutos, terminaron.

Alexander salió primero.

-Ya está listo… La dejé para que se los pruebe..- Interrumpió lo que decía al darse cuenta que aún no los usaba. Miró a William entonces.- Creo que querrás ir.

Regresó nuevamente detrás de la cortina.

Desconociendo nuevamente la razón, caminó hacia Arwyn.

En efecto, aún no se probaba los lentes, ¿qué podía estar esperando? Si estaba emocionada hacía unos momentos.

-Arwyn…- Le dijo. Ella giró a mirarlo- ¿Qué sucede?- Inquirió.

Ella bajó la mirada… Tampoco lo sabía.

Se sonrojó.

-Etto… No tengo idea de cómo usarlos.- Dijo.

William abrió los ojos impresionado, la sonrisa volvía formarse en sus labios; Arwyn prestó atención a la escena.

Ahora aconteció algo que ninguno de los dos se esperaba:

William soltó una carcajada.

Lo hermoso de escuchar su voz divertida, ese porte de serio convertido a despistado, y una hermosa apariencia despreocupada conmovió en lo más profundo al corazón de Arwyn. Por primera vez… Lo escuchaba reír, y lo mejor era que… Ella PROVOCÓ que riera.

Se acercó lentamente a Will.

-¡¿Qué no sabes…?!- Continuó riendo.

No estaba segura de hacerlo, pero… Tomó valor y se atrevió.

Colocó ambas manos en el rostro de William mirándolo con ternura.

Entonces la risa desapareció y un gran sonrojo se mostró en las mejillas de él. Ambos se miraban fijamente y parecía que lo demás no importaba… Por primera vez estaban así.

-¿Me haces el honor… Will?

El corazón shinigami de William comenzó a latir desde que Arwyn había sujetado delicadamente su rostro, y a cada segundo más que pasaba, el latido iba aumentando conforme a las miradas. Ella se veía tan hermosa con esa mirada de sumisión e inocencia, tal parecía que William había recobrado esa sensación tan hermosa que 1 sola vez había sentido, y a la vez, partió su corazón.

Tomó los lentes con cuidado y, mirándola aún a los ojos, colocó los lentes delicadamente en los ojos de Arwyn haciendo a un lado los cabellos que colgaban a los costados de las orejas, dejando pasar a través de la suave piel de la joven el plástico especial con el aumento necesario.

Los dejó reposar sobre su nariz y orejas.

Arwyn parpadeó un par de veces.

Ahora podía verlo… William era hermoso, un shinigami de lo más atractivo y también, con el sonrojo aún en su rostro así como la cálida sonrisa que mostraba, ella cayó sumisa y rendido ante el hipnotizante hechizo del amor. 

Instruyendo al ShinigamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora