Planes a futuro

Boda en Indiana

Cosas malas le pasaban si separaba de Sam, debería saber eso a estas alturas pensó Blaine mientras pisaba con fuerza la llave de cruz intentando hacer palanca para lograr aflojar las tuercas de los birlos y poder cambiar la llanta de la camioneta.

Ahogó una maldición cuando su teléfono comenzó a sonar, la señal iba y venía en ese lugar en medio de la nada.

-Hola Sam – respondió con voz cansada.

-B, ¿Dónde estás? Ya deberías estar aquí.

-Lo sé, salí un poco tarde, además se me pinchó un neumático y tú camioneta se niega a cooperar conmigo.

-¿No sabes cambiar un neumático? – preguntó la voz de Sam en el otro lado del teléfono.

-Claro que sé – respondió indignado mientras escuchaba la risa ahogada de Sam- Lo hago - insistió- pero las tuercas están  muy ajustadas, apenas llevo dos, la tercera me está costando más trabajo.

-¿Dónde estás?

-En algún lugar entre la nada y no tengo idea.

-B

-No lo sé Sam, seguramente cerca -Blaine revisó la hora- aún faltan un par de horas para la boda, estoy seguro de que llegaré.

-Pero ya quiero que estés aquí.

-Hablas como un niño malcriado – lo regañó pero no pudo evitar sonreír.

-No importa si soy un niño malcriado ¡no quiero estar aquí sin ti! – respondió Sam exagerando la rabieta

-Bueno tampoco quiero estar aquí, ¿quieres cambiar de lugar?

-Lo haría si supiera dónde estás- insistió – vamos dame una pista. Vienes por la 30 ¿Cierto?

-Sí. Y creo que el último pueblo que pase fue Warsaw -respondió Blaine forzando su memoria.

-Oh bien, estás muy cerca, no debes estar a más de media hora.

-En cuanto cambie el neumático estaré ahí, lo prometo, pero si en una hora no he llegado deberías llamar a una grúa.

-No te escuché bien, lo siento.

-¡Que si en una hora no he llegado llames una grúa!- dijo más alto Blaine, como si la mala señal se resolviera con eso.

-B, ¿me puedes escuchar?

-¡Sí Sam, te escucho! -respondió - ¿Sam?

-¡Demonios!... ¿me escuchas ahora?

-Sam… ¿Sam?... ¡Sam!

Blaine observó su teléfono con frustración, la llamada había finalizado. Su teléfono se mostraba sin señal de nuevo.

Después le dio a la camioneta de Sam una mirada de desagrado, en mala ahora había llevado su auto al servicio, aunque siendo justos eso le hubiese podido suceder también en su propio vehículo. Solo estaba fastidiado por tener que hacer el viaje por su cuenta cuando Sam estaba en Indiana desde hace un par de días ayudando a Brittany y Santana a preparar el lugar para su boda.

Blaine no había podido ir con él por sus compromisos en Dalton pero lo había extrañado como un loco en esos días y aunque odiaba parecer tan necesitado solo quería estar con él en esos momentos.

Suspiró resignado  y continuó intentando, esa llanta no se cambiaría sola.

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Unos minutos después Blaine se dejó caer en el suelo con frustración a un costado del auto, de ninguna manera podría cambiar el neumático, la tuerca no cedía. Había pasado un tiempo desde la llamada de Sam y había intentado de todo, ahora estaba desesperado, cansado, sucio y sediento. Sólo esperaba que Sam pensara en enviar la grúa.