El plan de Sam

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-¡Espera! ¿qué? – dijo Cooper casi en un grito- ¿Tuviste una cita con Sam?

Blaine evitó sonreir, era de esperarse ese tipo de reacción en Cooper después de haber abogado por Sam desde que Blaine llegó a Nueva York.

-Sí- respondió solamente.

-¿Y me dejaste hablar sobre mi nuevo sombrero por media hora antes de decírmelo?

-No Cooper, realmente intenté que dejaras de hablar sobre ese estúpido sombrero.

-Mi sombrero no es estúpido – dijo quitándoselo para mostrarlo de nuevo en la pantalla de Skype- es varonil y elegante.

Blaine rodó los ojos.
-Sí, ya escuché eso.

-Pero yo no he escuchado sobre tu cita con Sam, ¿intentabas mantenerlo oculto?

-No, pero no dejabas de hablar sobre el sombrero.

-Bien, hablaremos de mi sombrero más tarde.

-Preferiría que no-

-Ahora hablemos de tu cita con Sam- lo interrumpió Cooper.

Blaine suspiró derrotado, estaba harto de ese sombrero.
-De acuerdo.

-¡¡¡¿QUÉ DEMONIOS?!!!- gritó Cooper exageradamente

-Cooper no grites, Dios – se quejó Blaine, a pesar de ser videollamada la capacidad pulmonar de su hermano era impresionante.

-Esto es grande chorrito, dímelo todo.

-Ya te lo dije. Sam y yo tuvimos una cita el domingo.

-¿Pero que significa eso? ¿Están juntos de nuevo? ¿Cuando será la boda?

-No, no hay boda, solo una cita.

-Por supuesto, cómo si algo casual fuera a pasar entre ustedes.

-Intentaremos mantenerlo casual por un tiempo, hasta que Sam pueda venir a Nueva York.

-¿Así que es parte del plan?- preguntó Cooper curioso

-¿Del -por supuesto del plan de Sam que aparentemente todos conocían menos él – del plan sí, eso es.

-Supongo entonces que ya lo aclararon.

-¿Lo del plan?- preguntó de nuevo. Cooper sólo asintió acomodando su sombrero. - Si ya sabes, me lo dijo.

-Eso es excelente Blainey, me alegra saber que al fin se comunican.

-Claro, no sé porque no lo habíamos hecho antes – respondió Blaine sintiéndose incómodo, tendría que hablar con Sam al respecto.

-Seguro te sentiste como un idiota por terminar con él ¿no es así?

-Aún lo hago.

-Eso es porque juegan esos juegos raros de fingir tener solos citas.

-Cooper déjanos llevar nuestro ritmo ¿Quieres?

-Bien, no insistiré – se rindió Cooper con demasiada rapidez – ahora cuéntame todos los detalles sucios de tu candente cita.

- No fue una cita candente Cooper, era un domingo a medio día.

-Le quitas la diversión a esta conversación ¿sabes?

-Fue muy agradable, sin embargo, realmente nunca había tenido una primera cita con Sam, fue perfecta de hecho – agregó con añoranza – La ame.

-Por supuesto que lo hiciste- respondió Cooper satisfecho – Es nuestro Sammy del que estamos hablando. Amarías  cualquier cosa que lo incluya a él.

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