Planes a futuro

Con un poco de insomnio se me ocurrió está idea, pensé en darle una oportunidad, ojalá les guste tanto como a mí.

El día que Kurt decidió romper su compromiso la vida de Blaine se derrumbó por completo, en un par de semanas había perdido al que creía era el amor de su vida, se había quedado sin casa y había sido expulsado de NYADA, en otras palabras todos sus planes a futuro estaban destruidos. Y sin darse cuenta terminó en un avión de vuelta a Ohio sin nada más que dolor y confusión en su vida.

Para su fortuna su mejor amigo lo esperaba con los brazos abiertos en casa y realmente no fue una sorpresa que fuera precisamente él quién lo recogiera en el aeropuerto. Ellos habían sido el mayor apoyo el uno para el otro y está vez nada sería diferente. Sam tenía una idea muy en claro, si Blaine no lo dejo rendirse cuando se había sentido el mayor fracaso de Nueva York, él no lo dejaría rendirse justo ahora.

Las cosas entre ellos fluyeron al instante con la misma facilidad que habían sido siempre y en pocas semanas Sam había logrado que Blaine se sintiera mucho mejor con un ligero cambio de look inspirado en un “Vamos hermano, si yo me corté el pelo porque tú lo sugeriste, tú puedes usar menos gel” y en un “Recuerdas lo mucho que mejoraste en popularidad cuando dejaste de usar pajaritas”. Además, siguiendo el ejemplo de su amigo, Blaine decidió ser ayudante también en su antigua academia y había conseguido un puesto para codirigir a los Warblers, no era mucho dinero, pero sí lo suficiente para dejar la casa de sus padres y compartir un modesto departamento con Sam.

Y así, sin pensarlo, retomaron su vieja vida de Nueva York, viviendo juntos, sus batallas de vídeo juegos, sus lecturas de fanfics, sus peleas para decidir a quién le corresponde lavar el baño, sus noches de películas y sus pláticas sobre todo y nada.

Antes de notarlo, Blaine estaba bien, no completamente feliz con su vida pero lo suficiente para estar cómodo y pensar en replantearse nuevos planes a futuro sin Kurt, sin la NYADA y probablemente sin Nueva York. Sólo le faltaba un detalle en su vida…

-Necesito sexo – dijo dejándose caer pesadamente en el sillón individual. Sam que veía la televisión desparramado en el sofá de tres piezas alzó una ceja divertido.

-¿Es eso una propuesta indecorosa?

-No – respondió Blaine secamente acostumbrado al humor de su amigo.

-Porque no soy tan fácil como crees. Necesitas invitarme al menos a una cita primero. – agregó divertido.

-No seas idiota – respondió Blaine en el mismo tono - Y si eres fácil

-Ah por favor – replicó Sam - has querido acostarte conmigo desde hace más de dos años y no lo has conseguido.

-Deja de decir que quiero acostarme contigo.

-Deja de negar que quieres acostarte conmigo.

-Eso fue hace dos años, lo lamento pero ya no me interesas - respondió con desden.

-Oye – se quejó Sam sentándose de golpe al sentir su ego herido – retráctate – ordenó.

-Oblígame – lo retó su amigo. Sam se puso de pie de un salto y Blaine esperaba que se lanzará sobre el a puñetazos amistosos como era su costumbre pero en vez de eso el rubio se apoyo en el respaldo del sillón del otro y lentamente bajo sus manos por el pecho de su compañero de casa mientras rozaba su nariz contra el lóbulo de su oreja derecha.

-¿Qué haces?- preguntó Blaine extrañado.

-Te voy a demostrar que quieres tener sexo conmigo.

-Sam, basta – pidió, pero las manos del rubio siguieron su camino. Cuando estaban peligrosamente cerca de su cinturón Blaine se incorporó abruptamente- ¡Demonios!.