La charla

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¡Hola!

Primero que nada quiero agradecer su apoyo a esta historia, sus votos pero principalmente sus comentarios me llenan de ánimo cada día para continuar.

Les comento que de casualidad escuche ayer la canción de Chayanne "yo te amo" e inmediatamente pensé que es exactamente así como Blaine y Sam se sienten en este parte de la historia por eso decidí compartirla con ustedes.

Espero disfruten este capitulo (que creo me salió un poco cursi) y también espero dejen su comentarios, críticas y sugerencias, créanme que todos los tomo en cuenta para mejorar.

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Blaine giró entre sueños buscando mayor comodidad, solo para despertar de golpe al sentir como perdía soporte y estaba a punto de caer de la cama.

-Te tengo – dijo la voz de Sam en su oído al detenerlo por la cintura con una de sus manos.

-Gracias – respondió Blaine aliviado, recordando de pronto que había dormido en la habitación de Sam porque Brittany y Santana se habían adueñado de la suya y Puck y Mike habían colapsado en la sala.

-Eso te pasa por querer huir de mi – dijo jalándolo cariñosamente de regreso hacia él.

-No lo hice -aclaró Blaine dejándose fundir en el abrazo- sólo me estaba acomodando, olvide que pase la noche en tu cama.

-Me haces sentir especial -se quejó Sam con voz ronca cerrando los ojos de nuevo.

-¿Te desperté? – preguntó Blaine con curiosidad alejándose un poco para tratar de verlo.

-Sí, cuando te separaste de mi. No lo hagas de nuevo – pidió haciendo que se acercará a él otra vez.

-No quería despertarte.

Sam se encogió de hombros restándole importancia.
-Me alegra haber evitado que te cayeras.

-También a mi – aseguró Blaine tratando de fijar su vista en Sam, pero era difícil debido a la oscuridad del lugar -¿Por qué tú cuarto es tan oscuro? – preguntó de pronto- ¿Cómo sabes que hora es?

-No lo sé – respondió Sam- pero son… las 12:30 – aseguró tras checar su celular que se encontraba en la mesita a su lado.

-¡¿Qué?! – preguntó Blaine con sorpresa incorporándose de inmediato -Es tardísimo.

Sam se estiró en la cama y lo miró extrañado.

-Me dijiste que hoy no tienes que ir a Dalton.

-Pero tú tenías que estar en McKinley hace horas – expuso Blaine encendiendo la luz para buscar sus zapatos.

-No, no es así. Le escribí a la entrenadora pidiéndole permiso para ausentarme hoy.

-¿Y no hubo problema?

-Me despidieron, pero estoy feliz de la decisión que tome – aseguró Sam arrastrando suavemente a Blaine en la cama hacia él, aprovechando que este estaba sentado intentando calzarse.

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