2- Viajeros del Mas Alla

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⚘ 𝓜𝓸𝓷𝓭𝓼𝓽𝓪𝓭𝓽, 𝓒𝓲𝓾𝓭𝓪𝓭 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓵𝓲𝓫𝓮𝓻𝓽𝓪𝓭

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⚘ 𝓜𝓸𝓷𝓭𝓼𝓽𝓪𝓭𝓽, 𝓒𝓲𝓾𝓭𝓪𝓭 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓵𝓲𝓫𝓮𝓻𝓽𝓪𝓭

—¡Lisa! ¡Vamos Lisa despierta!— Se escuchaba una voz llamando a la bibliotecaria que hacía dormida.
—Ah...— se quejaba Lisa mientras se levantaba y estiraba —Buenas tardes Lillian, ¿pasa algo?—

Lillian solo dio una vuelta y extendió sus manos para luego hablar pícaramente por una de sus fechorías —No era nada. !Solo me sentí como despertarte de tu siesta!—

Lisa se rio levemente y se preparó mostrar ese lado tan peligroso de ella —¡Oh Cariño! Me parece que quieres saber como se siente que un rayo te caiga.—Exclamaba ella con una sonrisa que parecía calma, pero que claramente no significaba nada bueno.

Lillian había escuchado varías historias acerca de el pasatiempo de Lisa sobre electrocutar a aquellos ebrios de la ciudad, y claramente, no era algo que ella misma quisiera experimentar también.

—¡Ahhh Lisa, solo bromeaba!— meneaba sus manos en forma de explicación mientras retrocedía un poco— Vinieron a dejar algunos libros prestados y también es tu turno de recolectar los que aún no fueron entregados...— explicaba la menor antes de que aquella figura usara su visón electro sobre ella.

Lisa se paró después de suspirar—¿Les cuesta mucho entregar sus libros a tiempo? Ellos me complican mi trabajo...—

Luego la mujer salió por la puerta como siempre con su porte elegante, y la menor la miró partir. La biblioteca no podía quedar desatendida—aún cuando ya casi era hora de cerrar— así que Lillian espero por un momento mientras caminaba por los pasillos pronunciando en voz alta los libros de los libros.

Ella no era mucho para leer, aunque de vez en cuando se sumergía en las palabras de un libro. Después te todo, quien la había criado no era nada más ni nada menos que una bibliotecaria.

La puerta se abrió, lo que sacó a la joven de su mundo y la hizo dirigir su atención hacia la puerta.

—Oh, ¿Noelle?— preguntó Lillian mientras posaba sus ojos en la escoba qué tal sostenía— Tomate este tiempo libre, yo limpié hoy para aliviarte el trabajo.— mencionaba con una amable sonrisa.

—¿E-Enserio? Lamento haber echo que te preocuparas por mi, ¿te parece si te preparo un té en compensación?— proponía la joven aspirante a caballero un poco avergonzada.

—¡Solo descansa! Estoy por terminar aquí, así que vamos a caminar.— ordenaba Lillian para poder darle un descanso apropiado a su trabajadora amiga.

Las dos chicas salieron del cuartel de los caballeros, y se dirigieron a la plaza en donde se encontraba una estatua del arconte Barbatos para tomar aire. Charlaron por un rato mientras admiraban la atmósfera, cuando de repente una fuerte corriente de viento apareció de repente.

A Millenium of Years // Xiao x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora