10- El Consultante

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El mismo sueño que la última vez.

El mismo lugar aprisionante.

¿Que había cambiado esta vez?
El sentimiento de curiosidad. A diferencia de su último sueño, este se asemejaba más a un recuerdo. Su cuerpo se movía a voluntad propia y su conciencia no era suya. Conocía ese lugar que podría ser tan bello y detestable al mismo tiempo—lo conocía sin siquiera saber qué lugar era.

¿Instinto?
Probablemente...

Podía ver siluetas de personas, pero entre más las observaba más borrosa se volvía la imagen. Era atemorizante el hecho de que no le molestara en lo absoluto no reconocer a esas personas. Le eran indiferente todas las alucinaciones que el lugar le provocaba.

El vacío crecía, y su estadía se volvía eterna. Ya sabía, que de un lugar como Celestia no podría escapar.

Era muy temprano en la mañana, los días en Liyue comienzan demasiado temprano para una chica que creció en Mondstadt

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Era muy temprano en la mañana, los días en Liyue comienzan demasiado temprano para una chica que creció en Mondstadt. Se levantó de el piso y se despojó de varios libros encima suyo y rodeándola.

Había pasado lo que quedaba de noche leyendo algunas novelas y varios libros que tenía Xingqiu sobre los Yakshas y Adeptus.

La cama de Xingqiu ya estaba tendida—no fue accion que el hizo voluntariamente—probablemente estaría desayunando. Salió de la habitación y camino hasta el comedor ubicado en la sala.

—¡Mi querida Lillian!— exclamó el peli-azul terminando de despertar a la joven— He preparado tu desayuno, mis padres estaban muy ocupados y mi hermano mayor es inservible para la cocina.— El remarcaba la palabra inservible con una sonrisa plasmada, seria difícil para cualquiera ofenderse.

Xingqiu extendió la caja de comida color azul que contenía Camarones de cristal, o como el les llamaba, Paquetes de delicadeza.
—Gracias...— respondía la fémina con su voz cansada, y el solo asintió sin quitar su sonrisa.

—¡Ah! Por cierto—hacía una pausa Xingqiu mientras elegía sus palabras de la manera menos hostil posible— tu "hermano" me pidió pasarte el mensaje de que se reunieran en la funeraria Wangheng.—

Lillian no cuestionaba los medios de Ajax para comunicarse con ella, pero no podía dejar de pensar en la conversación que pudo tener con Xingqiu—quien tenía cierto desprecio por los Fatui y sus acciones con carencia de caballerismo.

—Lo veré ahí. ¿Qué harás tu?— preguntaba ella antes de dirigirse al cuarto para cambiarse.
—Iré a la casa de libros, ¡quiero poner mis manos en el nuevo volumen de mi libro lo antes posible!— gritaba desde afuera de la habitación el peli-azul.

Los amigos se despidieron y ambos siguieron sus respectivas rutas a su destino. Lillian vio un peli-naranja posando frente a la de el edificio de la funeraria. Al ver su cara de aburrimiento no pudo evitar reír y llamar su atención.

A Millenium of Years // Xiao x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora