El tiempo puede ser despiadado varías veces. Un segundo dices hola y al siguiente no te da tiempo para despedirte. Su primer amor probablemente estaba destinado a la perdición-aún sigue siendo difícil recordar, y aún más superarlo.
Pero ¿El destino...
—¿Me das un abrazo?— preguntó ella con la sonrisa de siempre y extendiendo sus brazos. ¿No se cansaba de mantener esa misma sonrisa siempre para mi? —No. Es patético.— le respondí de costumbre, evitando verla. Aunque siempre quisiera responder a su afecto, simple te no podía permitírmelo. Pero ha pasado tanto tiempo...que me pregunto si alguna vez se habrá rendido conmigo. —Oh.— mencionó como si nada. —¡No seas tan amargado!— picó mi cachete con suavidad; mi falta de expresión no parecía lastimarla.
Ella sabía que la amaba ¿no? Se lo dije alguna vez ¿cierto? Se que se merece algo mejor que yo. Pero no puedo evitar quererla, no puedo evitar estar con ella, y aunque trato de evitarlo, siempre me encuentro yendo tras de su sombra.
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El Yaksha posó su mirada en la acompañante a su derecha, quien estaba sumisa en el paisaje. No quería fingir que no le era familiar cuando podía decir que era ella y al mismo tiempo no. Pero tampoco quería encerrarla bajo la imagen de su difunta amada cuando ella ya no estaba.
Colocó su brazo en el barandal y apoyó su cabeza en el, de ese modo podía apreciar a la chica con más detallamiento. Achinó sus ojos para enfocar cada gramo de atención en ella.
—¿Que?— preguntó Lillian al ver la expresión de concentración en Xiao, quien no parecía tener intenciones de responder.
El silencio creció, pero no fue para nada incómodo. Hasta que Xiao decidió retomar su postura y cruzarse de brazos. Había contemplado por un rato en sus pensamientos, intentando buscarle solución alguna a sus sentimientos humanos.
—Tienes un insecto en el cabello.— se encogió de hombros y escupió con falta de tacto, pero antes de que la chica saltara en pánico, hizo su jugada y la rodeó con sus brazos de manera discreta.
Era un gesto incómodo, al menos de parte de Xiao porque trataba de no ser tan obvio al momento de darle un abrazo a la menor. Simplemente había llegado a esa conclusión luego de tener una pequeña recolección con su razonamiento. Había dicho una mentirilla blanca, pero no tenía ningún tipo de intenciones secundarias.
Solo quería saber lo que sentía perseguir a alguien que no le correspondía. Saber lo que era no recibir una muestra de cariño por más afectuoso que fuera. Saber cómo se sintió ella tratando con el. Y se sentía horrible.
El se hubiera dado por vencido. ¿Quien hubiera querido rogar por conectar con su mirada? El no se hubiera tolerado a sí mismo, y odiaba saber que aún así, ella siguió con el. Excepto el momento de las últimas bocanadas de aire que dio. Podía jurar que ella lo odió.
Al haber terminado con su sesión de auto-comprensión, se separó de Lillian quien se había quedado estática esperando a que el "insecto" fuese removido. —Listo.— dijo Xiao despegando su cuerpo del de la fémina y haciéndola a un lado con un leve empujón. La chica se balanceó hacia atrás por el desbalance en sus pies, recobrando su estabilidad al tambalearse un par de pasos.
