Cap. 19

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Narra Misaki

Todo es mi culpa.

Todo esto es mi culpa.

Nadie contesta mis llamadas, mi celular está a punto de apagarse, estoy corriendo por la calle buscando algún bus que pase para irme a casa, no puedo estar aquí.

La luna llena indicaba que ellos ya venían, si me ven me atacaran. Los híbridos ya transformados en lo que realmente son, andan por todo lugar. 
Cuando pensé en darme por vencido vi una luz de esperanza, un bus en la siguiente calle estaba estacionado, listo para irse.
Estaba cansado, no podía respirar del todo bien pero no debo parar, ese era mi boleto para ir a casa. Un atajo para ir más rápido era pasarme la plaza a la que siempre voy, eso hice.

Con mis pasos pesados y sin poder reconciliar bien el aire corrí lento, poniéndome cada vez más nervioso hasta que apareció algo en frente de mí para hacerme caer del susto.

De un árbol cayó un jaguar, era enorme, mirándome desafiante mostrando sus colmillos la saliva caía, me levanté del suelo como pude y con mi mochila hice un escudo que poco funcionó ya que con un zarpazo destrozó la mochila entera.

-No te acerques!-

Grité pero no importó, preparado para atacarme llegó una pantera negra quedándose en medio de nosotros evitando el paso de ese jaguar, me aparté más. Se vieron por un rato hasta que volteó su mirada a mí, pude ver que asintió con la cabeza.

-Abuelita?-

Era una pantera negra que se notaba vieja, podría ser la anciana?
Con eso asimilando en mi mente saltó para atacar al jaguar y dejarme el paso libre, corrí lo más rápido que pude.

Miré hacia atrás para ver si ella estaría bien, rugió para que siguiera.
Subí al autobus que arrancó al instante, el conductor me preguntó;

-Qué haces afuera, chico?-

-Se me hizo tarde, por favor vámonos.-

Yo era el único en el bus, no me quise preguntar por qué él seguía de servicio si ya no se podía a esas horas, me dio igual. Me senté en el mismo lugar de siempre, miré a la ventana tantos monstruos atacándose entre sí.

Suspiré de alivio sabiendo que estaba cerca de la playa pero el bus se detuvo. Me levanté y pregunté;

-Oiga, qué hace?-

-Chico, debo doblar aquí, es el fin de mi ruta.-

-Qué?!- Me acerqué al hombre; -Está loco? No puedo quedarme aquí, mi casa está a pocas cuadras.-

-Tuviste que haberlo pensado antes de salir a estas horas, niño.-

Me quejé antes de bajar del transporte, lo vi alejarse y tomar una ruta diferente para irse. Como no podía seguir corriendo por mi dolor de piernas y no veía tantas bestias aquí cerca, tome la opción de ir caminando.

Cerca de una tienda cerrada había un paraguas abandonado en el suelo, lo tomé para cubrirme de la lluvia que no parecía detenerse. Siempre alerta a mi alrededor fui caminando rápido.

Mi celular estaba casi muerto, a estas horas Niisan debe estar dormido. O a lo mejor decidió ignorarme, tal vez me odia ya.. al igual de Toudou y Usagi san, ellos deben odiarme después de todo lo que hice.
Bajé la mirada apenado por tanto que pasó por mi culpa, mi amigo tiene razón, aunque todo el mundo me dé lo mejor yo siempre le veré algo malo para quejarme en la cara de otros que amo.

Tal vez fue por mamá al consentirme tanto cuando era pequeño.

"Deja que ese niño haga las cosas como se las dice, que no vaya con sus berrinches!"

"La historia del lobo plateado" 《Junjou romántica》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora