Cap. 26

66 8 2
                                    


Narra Usagi

Tomé el vuelo por noche para ir al lugar donde estaba viviendo mi padre.
Llegué rápido por suerte, odio los aviones.

Una limusina con guardaespaldas me esperaban, tomaron mi única maleta y me adentré al lujoso vehículo. Sin mucha charla nos fuimos directo a la mansión de mi padre, fijándome por la ventana siempre cambia algo de esa enorme casa.

Estaba esperando junto a mi malhumorado hermano en la entrada. Me bajé con la misma cara que tenía mi hermano, pero papá parecía feliz por tenerme aquí.

-Hijo mío. Me alegra verte, cómo has estado todo este tiempo que no hablamos? Nunca llamas.-

-No tengo por que hacerlo.-

Respondí fríamente;

-Claro que tienes que hacerlo, qué hay mí? Soy viejo, recuerda eso.-

-Pues, lo tienes a él a tu lado para que te cuide, a menos que no esté haciendo buen trabajo.-

Apunté a mi hermano que no se había movido del sitio, parecía más enfadado al notar su presencia.

-No digas eso, tu hermano siempre está ocupado con su esposa.-

Balbuceó el viejo llevándome adentro de la casa entregando la maleta a mi hermano.

-Y tú acaso crees que no tengo a alguien que me necesita en casa?-

-Nunca llamas, hijo. Cómo sabré?-

Me miró triunfante ante tan vil respuesta, suspiré cansado.

-Qué quieres de mí, Padre?-

-Me alegra que preguntes eso, ven debemos hablar en privado.-

Lo seguí hasta su oficina, cerré la puerta. Me ofreció asiento lo cual acepté de mala gana, estar en un vuelo de cinco horas para luego llegar al destino y no poder dormir un poco es una molestia.

El viejo comenzó a sacar varios archivos con apellidos distintos, tanto de Corea como de Latinoamérica o Estados Unidos.

-Como pudiste ver son todos clientes que necesitan de nuestros servicios y hay una parte tuya que no estás cumpliendo.-

-De qué hablas? Yo siempre hago mi trabajo cuando es luna llena.-

-Claro que sí. A lo largo de los años tu viejo ha hecho este tipo de servicios para los que más lo necesitan y ustedes siguieron mis pasos, pero el problema aquí es que no haz mandado nada de lo que capturas.-

Hice una mueca de disgusto, tuve que hablar.

-Padre, yo no atrapé nada en los últimos meses, es por eso que no pude mandarte nada, lo admito..-

-Y se puede saber por qué?-

Parecía molesto ya, tragué saliva pero permaneciendo sereno ante su actitud.

-Yo.. estaba ocupado con unos amigos...-

-Tú sabes lo arriesgado que es esto, verdad? Akihiko, varios nos pidieron ciertos órganos y litros de sangre, pagaron la mitad y si no les damos lo que quieren vendrán por nosotros. Además, necesitamos ese dinero.-

-No es verdad, tú ya tienes la cantidad exacta de dinero, para qué más?-

-La otra mitad es para ustedes, lo sabes perfectamente!-

-No necesito tu ayuda con eso. Yo puedo obtenerlo de la manera más correcta y sana posible!-
Me levanté de mi lugar desafiando a mi padre, pero tampoco sería la primera vez que peleamos así;
-Papá, deja la venta de órganos o dar litros y litros de sangre! Te van a encerrar en algún momento y nos meterás en peores problemas!-

"La historia del lobo plateado" 《Junjou romántica》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora