35. La Fiesta De Nochevieja

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Un compañero del instituto nos dijo a Alba y a mi que en Nochevieja daba una fiesta. Que estábamos invitadas y que podíamos llevar a quien quisiéramos. Tiene una casa en la playa que es enorme y según él no invitaría a mucha gente. Lo que pasa es que al llegar allí sí que hay gente, sí. No sé lo que entiende este tío por no invitar a mucha gente.

Me quito la chaqueta y se la doy a la chica del guardarropa, porque si, hay hasta un guardarropa y me aliso mi falda de lentejuelas mientras miro a mi alrededor. Aquí hay un montón de gente que no conozco de nada, y compañeros del instituto 0 ó ninguno.

- Pues vaya con Gonzalito - dice Alba mientras entramos al enorme salón - no sabía yo que las clases de latín estuvieran tan bien pagadas

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- Pues vaya con Gonzalito - dice Alba mientras entramos al enorme salón - no sabía yo que las clases de latín estuvieran tan bien pagadas

En este salón habrá por lo menos más de 50 personas. Hay hasta un camarero atendiendo una barra y otros dando paseos ofreciendo copas y canapes de lo más variado.

- Nos has traído a una fiesta de pijos - le dice Ferran a Alba cogiéndola de la cintura

- Hay barra libre - contesta ella alzando sus hombros

- A mi me vale - dice Manu separándose de su novia - vamos Ferr y ocupemos estas manos vacías. ¿Qué queréis chicas?

Le decimos a Manu lo que queremos y nos quedamos las tres en una esquina. Empiezo a mirar todo a mi alrededor para darme cuenta de que sí, de que es una casa de pijos por como está decorada y por la gente que ahí en la fiesta. A mi lado, Lena y Alba cuchichean y no paran de reír.

- ¿De qué os reís? - les digo con mis brazos cruzados. Estas dos se llevan demasiado bien

- Estamos buscándote un rollo -me contesta Alba

- No necesito que me busquéis un rollo

- Si lo necesitas

Estas dos me ignoran incluso cuando vienen los chicos. Mi copa de vodka me dura 10 minutos. A esa le sigue una ronda de chupitos que trae un camarero y otra copa de vodka. Vale, si, ahora me hace gracia todo. Las dos parejitas se ponen a bailar, bueno y a besuquearse. Esto es lo malo de venir sin pareja, que por cuatro besos tus amigos te ignoran.

Decido ir a una mesa en busca de algo de comer. Miro los canapés que tengo delante sin saber muy bien por cual decidirme.

- Los de atún están muy buenos

Me giro al escuchar la voz que me habla justo al lado y sonrío al ver a Saul, uno de mis compañeros del instituto. Él es profesor de biología y aunque hemos hablado muy poco, no me cae mal del todo. Y vale si, está bastante bueno. Pero... no es Pau, nadie es Pau.
Y yo soy gilipollas.
Muy gilipollas.

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