Viernes tarde
El tren acaba de llegar a la estación. Estoy mirando por todos lados para ver por donde viene Violeta. Joder. Llevo 4 días sin estar con ella y es como si hiciera una eternidad que no la veo. En estos cuatro días hemos hablado todos los días por teléfono y hay veces que hasta me quedo sin batería del rato que estamos enganchados. Y cada dos por tres una videollamada.
Cuando volví a mi casa, mi madre me dijo que la chica con la que estaba tenía que ser muy especial porque ya no tenía la cara de tristeza con la que me fuí. Le he dicho que cuando la conozca, lo entenderá. Sólo espero que mis padres acepten que Violeta y yo estamos juntos, porque su opinión es muy importante para mi, aunque, sinceramente, si no están de acuerdo conque salgamos, me va a doler pero me va a dar igual, yo voy a seguir con ella. Después de todo lo que hemos pasado no pienso permitir que nada ni nadie nos separe esta vez.
Ferran está también aquí conmigo porque Alba viene con Violeta. Voy fijándome en la gente que sale del tren hasta que la veo. Ella alza su cabeza buscándome. Se muerde los labios y cuando me ve, una gran sonrisa ilumina su cara. Violeta llega hasta mi medio corriendo y se arroja a mis brazos literalmente. La agarro por la cintura y mis labios se posan en los suyos para recordar de nuevo a que saben sus besos. Ella se separa de mí y me mira tan sumamente feliz que hace que lo sea yo también.
- Dios, lo que te he echado de menos Pau -me dice ella abrazándome con fuerza
- Y yo también niña mía
Abrazo a Violeta, acaricio su mejilla con suavidad mientras no dejamos de mirarnos.
- Estas todavía más bonita que el lunes - la miro fijamente mientras ella se sonroja
- Te quiero
- Y yo a ti
Beso a Violeta sin importarme estar en mitad del anden. Solo quiero sentir sus labios contra los míos. La calidez de sus brazos que me rodean. Nos separamos riéndonos. Ella se da la vuelta para saludar a Ferran, algo imposible porque Alba y él están besándose como si no hubiera un mañana. Violeta se acerca a Ferrán riéndose y los interrumpe dándose un abrazo. Alba aprovecha y me saluda a mi también. Cojo la maleta de mi novia y agarro su mano entrelazando nuestros dedos. Salimos juntos de la estación a una distancia prudencial de nuestra pareja de amigos que se miran y se hablan como si nosotros dos no existiéramos.
- ¿Vas a subir conmigo a mi casa? - Violeta se muerde el labio inferior mientras me habla y está tan adorable que solo me dan ganas de comermela a besos
- Claro que voy a subir contigo mi niña. Y luego ya sabes, a cenar a casa de mis padres, que mi madre está to loca por conocer a mi novia
- Espero que no se lleve una desilusión cuando me vea...
- ¡Que tonta eres cuando quieres!
Estrecho a Violeta entre mis brazos y caminamos hacia el coche. Mi padre me lo ha dejado para que venga a buscarlas. Abro el maletero para poner las maletas de las chicas en el, cuando Alba se acerca a Violeta mirándola indecisa
ESTÁS LEYENDO
Aritmética Perfecta
RomancePau Torres sintió por primera vez lo que era tener un flechazo. Aquella profesora sustituta que apenas había estado tres meses en su instituto había calado tan hondo dentro de su corazón que cuando volvió a verla de nuevo, sintió que ya no quería es...