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Zemo observa su ropa colgada, sabe que trajo consigo muy poca, pero era o es lo mejor. Gran parte de su guardarropa consta de trajes sastres, de gala, incluso militares, variedad de abrigos, chamarras, al igual que el calzado, con una sola mirada a todo esto se llega a la conclusión de que son costosos y no era algo que se iba a permitir en su estadía en la cuidad.

Así que tomo la decisión de dejar todo eso y viajar con la ropa y zapatos más sencillos, ropa que pudiera pasar desapercibido. Lo cual solo pocas prendas cumplían con las características, por tal motivo debe ampliar su guardarropa, aunque sabe que por el momento no, debe dejar pasar un poco de tiempo.

Decide tomar un pantalón de vestir en color caramelo, una camisa manga larga en tono champagne y zapatos negros, se para frente al espejo para observarse, quiere analizar la ropa, que no sea muy ostentosa, al final le agrada como luce, peina su cabello de lado y se da ligeros toques de loción.

En un bolsillo del pantalón guarda su cartera, en la cual carga con identificaciones y unos cuantos dólares, la tarjeta de la cuenta del banco la guarda muy bien en el departamento, aunque se sabe defender, prefiere no arriesgarse, y por último en la muñeca derecha se acomoda un reloj, no era el que siempre cargaba, aquel era un Rolex de oro blanco, regalo de su padre al cumplir la mayoría de edad, ese estaba en casa, con el que llego al país fue con un Armani, con ese podía pasar desapercibido, así que cuando ya tiene todo lo necesario con él, toma la llave del departamento y sale de este.

Cierra la puerta y le mete la llave para asegurarla, pero no se da cuenta que Bucky, tan solo unos segundos después también sale de su departamento, aunque este si se da cuenta de Zemo, con una sonrisa le habla.

–Helmut a donde tan arreglado.

Zemo siente un ligero estremecimiento, no se esperaba que hubiera alguien en el pasillo, escucha una ligera risa de Bucky, gira a verlo para encontrárselo riendo divertido.

–James.

–A donde tan bien vestido Helmut – dice Bucky cerrando su puerta.

Se gira y ambos comienzan a caminar con paso lento por el pasillo hacia las escaleras.

–A conseguir trabajo, necesito uno – le comenta Zemo.

–Lo difícil de ser adulto ¿No? Tener que trabajar para sobrevivir.

–Sí, la parte más difícil – Zemo se muerde una mejilla interna, no sabe que más decir.

–¿Ya tienes pensando en que quieres trabajar o llegaste como la mayoría, que van a trabajar en lo que se pueda? – pregunta Bucky, espera que Zemo responda, pero el silencio se alarga. – Si no quieres responder no hay problema Helmut – le dice un tanto preocupado y con disculpa, se sentía un poco mal.

–No te preocupes, solo estaba pensando bien en la respuesta – lo dice con una sonrisita plasmada, además de que su voz no sonaba cortante o incluso ofendida, cosa que agradeció internamente Bucky, sintiéndose mejor consigo mismo.

–Bien, genial... ¿Entonces podemos seguir hablando sobre eso o prefieres cambiar el tema?

–Seguimos con lo mismo. – decide Zemo, Bucky asiente – Tal vez esta charla me ayude a decidir... bueno, aun no tengo un trabajo que desee, pero soy bueno en varias cosas, solo necesito encontrar algo adecuado.

–¿En que eres bueno o que sabes hacer?

–En varias cosas – se limita a contestar Zemo.

–Dímelas. – pide Bucky. – Dilo, no hay problema si son pocas o si te dan vergüenza. – le dice para entrar en confianza.

–Por el contrario, son varias y no me dan vergüenza, solo que no quiero sonar como un presumido – explica Zemo con un poco de timidez.

–No lo creo, al menos para mí no, dímelo sin preocuparte.

Bucky lo mira dándole una sonrisa comprensiva, acción que le da confianza a Zemo para contarle.

–Bien. – ambos sonríen – Hablo unos pocos idiomas, inglés, alemán, ruso, italiano, sé tocar bien solo dos instrumentos, el piano y el violín. Y aunque no lo creas, soy bueno en la repostería – esto último lo dice divertido.

Zemo voltea a verlo mientras salen por las puertas del edificio en silencio, puede ver en el rostro de James sorpresa por lo que le acaba de contar, espera que de verdad no lo considere una persona presumida, a lo largo de sus años fue complicado tener verdaderos amigos, ya que por su título y sumándole todo lo que estudiaba, las personas lo etiquetaban como petulante, pero siempre supo que no era malo que él quisiera aprender.

–Me has dejado mudo Helmut, sabes muchas cosas. - la voz de Bucky está llena de sorpresa, pero también con una pizca de admiración, algo que podría decir Zemo que era nuevo para él, y que lo hizo sentir muy bien.

Los dos se detienen en la acera, cada uno tiene un camino diferente, Zemo en la misión de encontrar trabajo y Bucky a visitar a Steve en el nuevo departamento donde vive con su pareja.

–Por el momento vamos a dejar suspendida esta platica. Yo voy en aquella dirección – dice Bucky señalando calle arriba.

–Creo que sí. Y yo voy para allá – Zemo señala calle abajo.

–Suerte Helmut, que encuentres algo que te guste. – Bucky da unos pasos, pero se detiene, volteando con una sonrisa le dice – Antes de que se me olvide, me debes invitar algún postre, si me dices que eres muy bueno.

Ambos se ríen, Zemo porque piensa que es una broma y Bucky porque sabe que ya consiguió un poco de comida gratis, de ahora en adelante no se lo quitara muy fácil de encima.

–Gracias James.

De nuevo, como en la mañana, cada uno toma una dirección diferente, pero el tiempo tiene sus trucos para cada uno.

Fuego  (WinterBarón)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora