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Termino de arreglar su corbata, acomodándola lo mejor posible, para después observarse en el espejo de cuerpo completo que tenía en su habitación, inicio viendo su cabello, peinado a la perfección, recién afeitado, observando con demasiado cuidado la camisa y el saco, notando que en unos pocos sitios se formaban ligeras, hasta imperceptibles arrugas en el saco, el pantalón a su medida, lo que agradecía infinitamente, y por último, los zapatos, limpios a la perfección.

Hubiera preferido vestir un Boggi Milano o tal vez un Doppelgänger, u otro traje de su gran armario, que estaban confeccionados a su medida, o cualquier otra marca que fuera de su agrado, pero no podía, enseguida se notaria lo costoso del traje, así que debía vestir ese que había escogido con Bucky cuando salieron a buscar un traje, al menos agradecía que él lo hubiera escogido, era lo más presentable y de los mejores que tenían en la tienda.

Se coloco un poco de su colonia favorita, guardo la cartera junto con su celular, salió de la habitación hacia la puerta principal, tomando de la mesita las llaves. Al cerrar su puerta, camino al departamento de Bucky, entrando con la llave que tenía él, de hecho, ambos tenían la llave del otro, Zemo fue el primero en obtenerla, ya que fue con el propósito de ayudar a Bucky recién en el accidente, y poco después Bucky la obtuvo de Zemo, para que entrara por si necesitaba algo, que lo común era ir directo a la cocina.

No lo vio en la sala ni en la cocina, así que camino directo a la habitación, en donde lo encontró frente al espejo, terminado de abrochar su saco.

Bucky lo había sentido, escucho la puerta principal siendo abierta al igual cuando fue cerrada y aunque fuera increíble para él, había escuchado los ligeros y elegantes pasos de Zemo por su apartamento, sabía que estaba parado en la puerta, no sabía cómo, ni por qué, pero lo sentía cuando estaba rondando cerca de él.

–¿Cómo me veo? rompió el silencio Bucky, girando hacia Zemo.

–Muy guapo, me gusta mucho como portas el traje – respondió Zemo caminando hacia Bucky, al estar cerca, alzo las manos para arreglar el cuello de la camisa, cosa que no hacía falta, pero Zemo lo quería tocar. – Demasiado guapo, y muy autoritario.

–Tú también luces muy bien, espectacular, diría yo. – dijo acariciando con una mano el cuello de Zemo, acercándolo lentamente a él, hasta tenerlo lo suficientemente cerca para besarlo con dulzura.

Separándose a los segundos, para sonreírse traviesos.

–Vámonos o llegaremos tarde. – indicó Zemo.

Bucky rápidamente se colocó colonia, aroma que adoraba Zemo, tomo el gorro, junto con cartera, celular y las llaves, saliendo juntos del departamento y del edificio para llegar a la estación.

La ceremonia fue sencilla, pero memorable, solo a cinco bomberos les otorgaban nuevos títulos, entre de ellos estaba Steve, que era el rango más alto. Cuando nombraron al rubio y este subió al frente, donde le agregaron otro broche a su uniforme, Tony andaba emocionado, en el momento que Steve se levantó de su silla, comenzó a tomar fotos en cada movimiento que su pareja hacía, logrando entretener a los demás, y también, dando ternura de la emoción que desbordaba.

Al lado de Zemo estaba Natasha, ella por nada se perdería la ceremonia del rubio, lo quería, lo consideraba su hermano, Zemo pudo notar que los ojos de la pelirroja estaban vidriosos, además de que tenía una gran sonrisa adornando su rostro mientras veía a Steve, al lado de ella lo acompañaba Bruce, también con una sonrisa sincera, del otro lado del castaño se hallaba Sharon, Sam no recibiría nada, pero no lo quería dejar solo, era un momento muy bonito para el grupo de amigos.

Al finalizar, las fotos no podían faltar, el grupo de amigos no soltaban para nada a Steve, querían fotos solo con él o fotos en grupo, una tanta de ellas, que se veía muy bien, era el rubio en medio de Bucky, Sam y Joaquín, los cuatro bien arreglados.

Zemo no podía quitarle los ojos de encima a Bucky, le había gustado mucho como se veía con el uniforme negro, se notaba con autoridad, cosa que a Zemo le parecía muy excitante, aunque aún no habían llegado tan lejos, esperaba un día quitarle esas ropas.

Por parte de Bucky, estaba muy feliz por Steve, lo tenia muy merecido, Rogers desprendía felicidad y ni que decir de Tony, estaba muy hiperactivo, y no dejaba solo al rubio, en cualquier llamado o platica que querían entablar con el nuevo Capitán, Tony lo acompañaba.

El almuerzo había estado delicioso, Tony había contratado un servicio de catering para celebrar, así que todo el grupo de amigos estaban en la casa de Steve y Tony, las platicas y los comentarios del evento no faltaban, aunque la mayoría de las veces las conversaciones de desviaban hasta no recordar cómo era que habían llegado hasta ahí.

Pero eso era lo de menos, estaban disfrutando a lo grande, cada pareja estaban sentadas juntas, así que algunos besos, susurros en los oídos y leves toques no faltaban, llegando a poner un poco incomodo a Joaquín la pareja que tenía al lado.

–Atención, atención – dijo Sam poniéndose de pie, logrando silenciar a todos. – Quiero dedicarle unas palabras a nuestro Capitán. Steve, amigo, estoy muy feliz por ti, te mereces el puesto que te dieron, nadie más tiene esa amabilidad, respeto que tienes, eres un gran ser humano, desde que te conozco siempre has pensado en todos, no dejas a nadie fuera, y siendo sincero, eres una inspiración para mí, felicidades, hermano.

Al concluir Sam, los demás estaban emocionados, en el rostro de Steve se podían ver los sentimientos que estaban presentes, se levanto y abrazo fuerte a Sam.

Quien tampoco quedo atrás, fue Bucky, también se levantó, los demás quedaron en silencio y le prestaron toda la atención.

–No soy muy bueno hablando, pero are el intento. – se aclaro la garganta y comenzó. – Steve, nos conocemos desde niños, y desde entonces has conservado los mismos valores y agallas para hacer las cosas bien, te admiro por eso, siempre tienes presente lo que quieres, has logrado muchas cosas, te admiro y me da mucha felicidad estar contigo en estos momentos, siempre estaré contigo.

Para ese entonces los ojos de Steve estaban brillosos, no solo de todo lo bueno que le habían dicho, sino que se sentía muy amado por sus amigos, enseguida se puso de pie y abrazo con ganas a Bucky.

–Sarah estaría muy orgullosa de lo que su pequeño ha logrado – le dijo en un susurro Bucky a Steve, logrando que al rubio se le escurriera una pequeña lagrima.

Al separarse, observaron que los demás también se encontraban con sentimientos, tomaron sus respectivos asientos y continuaron con las conversaciones.

–Hey, Tony, ¿Tu no vas a decir algo? – pregunto Natasha.

–Sí, pero es en privado – respondió Stark.

–Solo no le rompas el uniforme, la vez pasada nos dimos cuenta, vimos unas costuras mal hechas – bromeo Sam, logrando risas en todos.

Toda la tarde le pareció asombrosa a Zemo, la paso muy bien, aunque seguía sintiendo las miradas que le daba Tony, no quería que eso le arruinara la tarde, pero su estado de animo cambio, cuando en un momento se alejo para ir al baño, el camino estaba despejado, le faltaban unos cuantos pasos, cuando de una habitación salió Tony, este último estaba distraído al salir, haciendo que por poco chocara con Zemo.

Stark enseguida esquivo al castaño, se detuvo a un lado de él.

–Lo siento... Barón – dijo Tony haciendo un leve asentimiento con la cabeza, no alzo la mirada y se fue dejando a un estático Zemo.

La preocupación se elevó en el Sokoviano.


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Holaaaaaaa

Otro capítulo, ya lo tenía, solo me faltaba corregirle algunos errores, pero la bendita universidad no me suelta.

Les diré como les dije a mi pequeño grupo de amigos "solo quiero mi titulo para que me digan – corra licenciada, corra, que ahí viene la migra – lo quiero para eso"

Y en la mañana casi pego el grito de emoción, pero me aguanté, no quería despertar a mis vecinas, porque me di cuenta de que mi autora favorita de algunas historias Winterbaron me está leyendo.

¡Dios! Aun no me la creo...

En fin.... Nos leemos pronto

Fuego  (WinterBarón)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora