Capítulo 13: Fuego

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-_____: ¡Ah, Katsuki!- Se giró para verme a medio camino y le extendí mi tarjeta de crédito. -Para que pagues la comida.-

Él bufó y me la cogió de un manotazo.

Este es mi momento.

Esos gatos.

Son adorables.

Te podías meter dentro de su recinto, así que ahí fuí yo a revolverme con los gatos. Eran tan suaves como peluches y la mayoría eran bastante pequeños. Había un par más adultos, esos eran mucho más tranquilos y no venían a jugar conmigo, no como los pequeños.

No hace falta decir que ya tenía una media transformación, ¿no? ¿Y si me transformo y me quedo a vivir aquí para siempre?

Es una grandiosa idea.

-Katsuki: Toma.- Estaba apoyado en la barandilla.

Me dió la tarjeta; yo desheché mi idea de ser un gato para siempre, salí del recinto y fuí a la mesa a guardar la tarjeta.

Katsuki ya había colocado la comida de los peces en la mesa, así que procedimos a coger las bolsas y más o menos repartirlas, para que no se me cayese la pecera, aunque Katsuki cargó con la mayoría, por no decir que yo solo llevé la pecera y unos dulces que compré en el festival.

Sinceramente, no sé cuánto me llegue a durar el pez, por si fuera poco no fuimos a comprarle la comida más cara. Aunque literalmente de eso se ocupó Katsuki, yo estaba con los gatos.

-Katsuki: Oye.- Me giré hacia él, un poco sorprendida, ya que habíamos estado más de cinco minutos en silencio. -¿Cuánto tiempo sueles estar transformada?- Le miré extrañada.

-_____: Normalmente no saco mi kosei, es más, en clase está prohibido, hay bastante mukoseis y para evitar acoso y tal ni siquiera sabemos quién tiene y quién no.-

Katsuki pareció sorprenderse bastante.

-Katsuki: ¿Y tus orejas?- Seguía pensando a que se refería, cuando me di cuenta de que seguía con una media transformación.

Me apresuré a volver a mi estado natural, la verdad es que es bastante drenante, respecto a energía, pero a veces no suelo darme cuenta.

-Katsuki: ¿En dónde estudias?-

-_____: En la escuela de artes, hay de todo ahí.- Sonreí abiertamente, tuve hasta una beca, si es que soy increíble.

Subió las cejas, no estoy segura de si parecía sorprendido o divertido, mas no volvió a sacar el tema.

Realmente mi casa está lejos de la UA, no me extraña que vivan en la residencia.

Hoy hacía un buen día, había sol pero no te quemaba, y no hacía ni frío ni calor. Además se veía muy colorida la ciudad.

Me di prisa, adelantando mínimamente a Katsuki para sacar las llaves y abrir la puerta de mi casa.

-_____: Vamos a la cocina, y preparamos todo ahí.- Él bufó, probablemente cansado de todas las bolsas o de, simplemente, estar aquí.

Dejó todas las bolsas en el suelo, cogí las que eran de ropa y objetos para llevarlas a mi cuarto y al salón, respectivamente.

Cuando volví para la cocina, Katsuki había abierto las ventanas, sacado las cosas para el pez y estaba metiendo las piedras, que le había pedido, para decorar la pecera.

Se veía bien.

-_____: Ponle también las flores esas.- Me miró mal, realmente mal. -Ni te he pedido ayuda, si quieres irte, te vas.- ¿Podrías ser un poco menos impulsiva?

No. (Katsuki Bakugou y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora