Capítulo 15: Genes

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Esto se me está haciendo eterno.

Las clases de volumen cada vez eran peor, la profesora era un ser charlatán, que hablaba tanto que no te podías concentrar ni un minuto.

Me estaba costando la vida hacer la escultura de One Piece.

A Zoro, por supuesto.

Lo haré de todos modos.

Sonó el último timbre de la mañana, gracias a Dios.

Paseando de camino a mi casa, con doscientas cosas en las manos, decidí cambiar de camino por el buen día que hacía.

Algo que no tiene sentido, pero bueno.

Realmente solo llevaba una carpeta, tamaño A2, y la mochila.

Entonces vi, un pelo recococible, el de Katsuki Bakugo, pero en mujer.

Su madre, supongo.

Estaba cargadísima, así que decidí sacar mi parte extrovertida e ir a ayudarle.

-_____: Buenas, ¿necesita ayuda?- Educación ante todo.

Qué guapa es, me va a dar algo.

Se levantó las gafas de sol, y se las colocó en el pelo.

Dios mío, voy a ser lesbiana.

Sonrió.

Oh Dios, tienen los mismos colmillos.

-Mitsuki: No te molestes.- No es molestia. Sonrió, lo dije en voz alta. -¿Eres compañera de mi hijo?-

Me pasó algunas bolsas.

-_____: No, somos amigos.- O eso creo. -Me están ayudando a hacer algunos trabajos.-

Si digo alguna verdad, todo es verdad.

-Mitsuki: Oh, qué bien, menos mal que hace algo el inútil ese.- Sí, bueno. -Llámame Mitsuki.-

Encantada, no soy tan menor.

-_____: _____, encantada.- No quería silencios incómodos con la mejor mujer del mundo. -Hoy vamos a quedar, para una sesión de fotos.-

-Mitsuki: Oh, Katsuki ya tiene experiencia, si te da problemas, llámame.-

Lo haré.

Definitivamente lo haré.

Luego paró en una casa, sacó las llaves de su bolso, y le ayudé con un par de bolsas más para que abriese cómodamente la puerta.

-_____: Qué casa más bonita.-

-Mitsuki: Gracias, cielo.-

Ay, mi corazón.

Acaba de ser feliz.

Me invitó a pasar, y dejamos todo en la cocina.

Sacó dos vasos de la alacena y abrió la nevera.

-Mitsuki: ¿Qué te apetece? ¿Quieres agua, Coca-Cola?, también hay bebidas energéticas y eso.-

Me miró.

-Mitsuki: Tenemos monster.- ¿Monster? Que soy del arte, ya estoy mal de por sí. -¿Te gusta la Coca-Cola?- Asentí. -Pues ya está.-

Me echó en un vaso, y me invitó a sentarme.

Es que esta mujer es perfecta.

Luego se echó agua y se apoyó en la encimera.

Tenía justo la ventana detrás y le estaba quedando increíblemente bien la luz y la brisa que entraba por la ventana.

No. (Katsuki Bakugou y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora