Tenía a Katsuki en la misma posición desde hacía unos veinte o treinta minutos.
Lo cual suena muy bien.
Y se ve bien.
Lo bueno es que era una postura relajada y sentado.
Era comodísima para él, y yo podía pintarlo sin estresarme y meterme prisa.
Pero...
Pero.
No para de quejarse el mimado.
-Katsuki: Haz una foto, dura más.- Bufó.
-_____: Qué te calles.- Resopló. -Me dijiste que no te importaba.-
Va a acabar siendo un caballo, de tanto aire soltado.
-Katsuki: Creía que eras más rápida, tenías el lienzo vacío y en dos semanas estaba prácticamente terminado, no entiendo porqué estás tardando tanto ahora.-
Resoplé.
-_____: Ahí hice un boceto, ahora estoy pintando sobre la marcha y lo tengo que hacer a escala uno uno.- Si no sabes no preguntes.
No lo parecía, pero estabamos hablando cada vez más alto.
Y problemas con mis vecinos no quiero.
Ademas de la paciencia cero que tenemos.
Katsuki, yo.
Y mis vecinos.
-Katsuki: Estoy cansado.-
-_____: Ni que estuvieras corriendo.-
Me miró mal.
-Katsuki: Cansa más no hacer nada.-
Tus ganas.
-_____: Hubieras rechazado mi oferta, pero ya te has comido el bizcocho.- Me reí, cínicamente.
Movió el cuello, destensándolo, pero en ningún momento movió los brazos, por lo que todo perfecto.
A veces me acercaba para conseguir exactamente su tono de piel.
-Katsuki: He visto momias más rápidas.- Lo susurró.
Pero mi oído ultrasónico lo oyó.
Pobre desgraciado.
-_____: Y héroes más majos.-
Estabamos llegando al límite.
Su mirada mortal se posó sobre mí pero la esquivé cual estudiante de Ansatsu.
Escuché la puerta abrirse, me giré a mirar y entró mi hermano con un montón de peña.
Éramos pocos y parió la abuela.
Empezando por Uraraka, cómo no.
Fueron entrando Mina, Jirō, Tsuyu, Izuku, Kaminari, Kirishima y Todoroki.
Alcé una ceja, no sabía que mi casa fuese un lugar de encuentro.
-_____: ¿Te has dejado a alguien más?- Nótese la ironía.
Mi hermano, con su cara dura, pasó de mí y se dirigió al salón a moverme todo mi perfecto puesto de pintura.
Se estaban quitando los zapatos mientras hablaban, a este volumen si llegan los vecinos ya no será mi culpa.
Todos empezaron a saludar y el imbécil de Bakugō se movió como Pedro por su casa.
-_____: ¡Katsuki!- Lo zarandeé del brazo y me miró con molestia. -¿Quién te ha dicho que podías moverte?-
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No. (Katsuki Bakugou y tú)
FanfictionNo quiero que me mires. Ni que me hables. Ni que me toques. Ni que me sigas. No quiero nada de ti. -¡He dicho que no!- Comediaaaa y probablemente fluffy. Todos los derechos reservados. Créditos de la portada a @_arazely_