No. (Katsuki Bakugou y tú)

Capítulo 30: Helado

Nos volvimos a quedar a solas.

Buru Buru y yo.

El pez mejor cuidado con diferencia.

Porque vale que nadie se acuerda de él pero es que lo alimenta el mismísimo Todoroki.

Eso sí que es amasing.

Es indiscutible.

Dan ganas de ser un pez.

El pez.

El favorito de Dios.

Qué envidia.

Un día de estos me lo como.

Y cuando venga Todoroki, el pez soy yo.

Qué buena idea, y qué hambre.

Quiero un café.

Uno granizado con helado.

Qué rico.

Realmente no tenemos nada para cenar, ni para comer en general.

Hay que ir al supermercado.

Me resignaré y seré un ciudadano ejemplar por primera vez.

Dejé mis pinceles y cerré las pinturas, así de paso se va secando el cuadro y luego puedo seguir.

Subí la escalera para llegar a mi cuarto y cambiarme de ropa.

Qué pereza.

Con el calor que hace, me recogí el pelo.

¿Y si me tumbo en la cama y me quedo ahí para siempre?

Pero tengo hambre y de paso me compro ese granizado.

Suspiré y me dirigí a la escalera, donde ví al sol andante con una caja enorme.

Alias Kirishima.

Llevaba una cinta en la frente, supongo yo que para ayudar con el sudor y su pelo.

Su pelazo.

-Kirishima: ¿Vas a salir?- Este hombre es feliz, siempre sonriendo.

-_____: Iba a ir al supermercado.-

Dejó la caja en el suelo, estaba medianamente vacía.

-Kirishima: ¿Vas a comprar mucho?-

Qué alto es en verdad, como siempre estoy sentada no me fijo.

-_____: Lo suficiente como para tres o cuatro semanas, aunque claro, solo voy a comer yo, así que tanto no es.-

-Kirishima: Te acompaño. Alguien tendrá que llevar la compra, ¿no?- I'm the queen.

Luego se extrañarán de que mis expactativas sean tan altas.

-Kirishima: ¡Katsuki! Vamos al súper.-

No nos quejamos.

Él autoinvitándose e invitando a gente.

Pero al ver al rubio de cuclillas embalando una caja y secándose el sudor, con mala cara, cabe destacar, no está nada mal.

Desde arriba, pues yo seguía en la escalera.

-Kirishima: Vístete.- Le lanzó su camiseta.

-Katsuki: ¿Ah?- 

Se la puso.

Bye abdominales.

Fue un placer veros.

Venid cuando queráis.