Capítulo 3: Pulso

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Llega un momento en tu vida que tienes que ver el lado bueno a todo.

Porque si no, quieres morirte, o matarte o que te trague la tierra.

Por lo que, por lo menos, al destrasformarme sigo con mi ropa.

Katsuki Bakugō se puso más tenso que un ángel en el infierno, cosa que no me disgustó porque, ¿a quién le disgusta los músculos de un chico tan guapo?

Escuché de fondo a mi hermano riéndose, y explicando, básicamente que estaba dormida. Lo cual no era del todo cierto, pero no pensaba "despertarme", ahora no.

Sentí un poco de movimiento y luego cómo me cogían en brazos, era reconfortante, después de escuchar donde estaba mi habitación me llevó hasta allí.

Escuché como Todoroki decía que se habían pasado, que probablemente esto dañaría mi salud, y mi hermano seguía riéndose, porque era muy divertido el estado vegetal de su hermana.

Katsuki seguía gruñendo de vez en cuando, y no gritó de milagro, supongo yo que para no despertarme. Suavemente, o sea sin lanzarme, me puso en mi suave y acolchonadita cama y recuerdo que me quitó el pelo de la cara, después se fue.

Y yo que creía que tenía complejo de príncipe azul e iba a besarme. Me incorporé indignada, con una cara de "¿Cómo se atreve el maldito?", que tampoco es como si me hubiese enamorado. Pero cualquiera que estaba en el cuarto de mi hermano, quitando al susodicho y a Kirby, podía hacerlo y no creo que hubiese un alma en todo el universo que se quejara.

Con gran dramatismo me volví a tumbar, ¡qué poco tiempo duró mi romance perfecto!

Tampoco le di mucha importancia ya que volví a dormir.

Comida...

Comida.

¡Que tengo hambre!

Suspiré y me levanté, mi hermano ni siquiera se asomó para dejarme algo de comer y eran cerca de las diez. La puerta de mi hermano estaba abierta, y cuando pasé, seguían allí todos los susodichos jugando al monopoly.

O sea, que me estoy muriendo, literalmente, del hambre, y vosotros ahí tan tranquilos jugando en vez de alimentar a la persona/gato que ha conseguido que Pennywise esté feliz y bromeando contigo.

En fin, la hipocresía.

Levanté una ceja y seguí caminando, aun cuando todos me miraron, mi hermano me llamó, y yo con mi típico tono borde, encima querrá que le conteste bien, me acabo de levantar y estoy cansada, ¿cómo estás cansada si acabas de dormir? La vida es tan dura, ya lo entenderás cuando seas mayor, o cuando tu crush no te de juego y quieras dormir todo el día.

-_____: Tengo hambre.-

Breve y conciso.

¿Para qué quería más información?

-¡Espera que te ayudo!- Un alma caritativa, escuchó mis plegarias.

Ojalá sea un bombón, ojalá sea un bombón.

Estaba hasta cruzando los dedos.

Salió Kirishima con un par de bandejas, y cosas encima, en las manos mientras sonreía abiertamente. Casi suelto un suspiro, casi. Le sonreí de vuelta. No se puede ser mas lindo, es que es un sol.

¿Demasiado brillante? No, es perfecto.

-_____: ¿Te ayudo?-

-Kirishima: No hace falta, estás cansada, es el deber de un hombre.- Tenía una sonrisa deslumbrante.

Me reí ante eso, ¿también es el deber de un hombre fregar los platos como Bakugō?

No me quejo, no quería cargar nada, era solo educación.

No. (Katsuki Bakugou y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora