cap.33| Segundas oportunidades

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- Bueno...mmh ¿Estás bien? - se detuvo por un milisegundo, pero luego siguió caminado sin saber a dónde se dirigían. Brady lo había sacado arrastras de su habitación alegando que lo llevaría a dar una caminata por el bosque porque necesitaba salir de su encierro auto-impuesto. Aunque se negó en su momento ahora agradecía que él haya sido insistente, porque volver a caminar por el bosque después de tantos días de no salir de casa le estaba sentando bien.

- Si - respondió en voz baja, pero ambos sabían que eso no era cierto, por muchas razones. Pero negar la realidad a veces la hacía menos dolorosa.

- Jake es tu lobo, no deberías tomártelo tan a la ligera. Lo que te está sucediendo no es normal - aunque le hablaba con cariño había cierto tono de regaño en su voz.

El más alto se detuvo y él se adelantó un poco, pero luego se giró mirándolo en silencio.

- Nada de lo que ha sucedido en mi vida durante el último año es normal, Brady - espetó cruzándose de brazos, el chico dió unos pasos más quedando más cerca de él.

- Yo solo digo que...quizás deberías aceptar la propuesta de tu padre - abrió sus ojos sorprendido sin creer que le estuviera diciendo eso, no lo podía creer, no de él.

- ¡No! - gritó sorprendiendo tanto a su amigo como a él mismo, pero es que pensar en eso lo ponía a la defensiva de una manera increíble - n-no voy a hacer eso, ya se lo dije a ellos y te lo repito a ti. No quiero - le dio la espalda y siguió caminando. No quería enojarse con él, pero si seguía mencionando aquello no lograría mantener la calma.

- Pero Jake...- se dio la vuelta y le dio una mirada suplicante. Él suspiró rendido - esta bien, olvida lo que dije - se puso a su lado y siguieron caminado en silencio. Pero él más que nadie sabía que no podía obviar por más tiempo lo que le estaba pasando, aunque le molestara aceptarlo.

Había pasado bien (en lo que cabe) la primera semana después de la batalla, pero luego empezó a enfermarse poco a poco. Inició con un resfriado normal (que de normal no tenía nada, tomando en cuenta que él no podía enfermarse como otro ser humano normal) y luego pasó algo terrible: su lobo dejó de responderle. No le respondía desde hace más de una una semana.

Había sido un día en las rondas con la manada. Cuando él trató de entrar en fase simplemente no pudo. Lo intentó una y otra vez hasta que los chicos tan asustados como él, y nerviosos por verlo llorando, le pidieron que parara, pero él no podía, tenía que seguir intentándolo.

«- Jake, ya basta - le dijo Sam suavemente poniendo una mano en su tembloroso hombro.

- N-no - hizo el intento de saltar otra vez, pero sintió que unos brazos se enrollaron en su cintura, y finalmente se derrumbó, dándose la vuelta abrazó al fuerte cuerpo que lo sostenía. Por su aroma supo que era Paul, era tan raro en él, pero no se detuvo a analizar nada en esos momentos, simplemente se rindió, sintiendo como su amigo apretaba el agarré en su cintura abrazándolo con protección contra su desnudo pecho.

Sintió que todo se le venía encima al mismo tiempo y lloró como no lo había hecho todos esos días después de la batalla, lloró en su hombro hasta que se quedó dormido

Cuando despertó estaba en una habitación rodeado de artefactos raros, no había ido allí muchas veces, pero podía reconocer que estaba en casa del Gran Chamán. El hombre después de unos minutos de revisarlo arduamente había pronunciado las palabras que todos pensaban, pero nadie dijo.

Entre el Crepúsculo y el Amanecer [Edward x Jacob]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora