Cap.8| Unidos

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♣♥♣

El tiempo seguía su curso, haciendo vasto a su paso. Tres semanas casi cuatro habían pasado ya, y ambos chicos seguían empecinados en negar lo obvio; se están haciendo daño...

Mas ellos no se daban cuenta, o no querían darse cuenta, por eso sus familiares habían decidido tomar cartas en el asunto, aunque fuera una decisión meramente personal de ambos chicos y ellos estuviesen entrometiéndose no podían simplemente quedarse de brazos cruzados y esperar a que ocurra una tragedia que se pudo haber evitado de antemano.

Por esa razón se encontraban en el bosque, exactamente en la frontera entre reserva y el territorio de los Cullen.

Preocupados por ambos chicos, decidieron reunirse sin que ellos estuviesen presentes, porque sabían que pasaría si los juntaban. Todo terminaría mal.

Probablemente discutirían y sólo se enfrascarían más en el mero odio (estúpido a la vista de todos) sin llegar a ningún lado.

Es que especialmente los Quileutes no entiende cómo han durado tanto tiempo evitando no colapsar y dejarse llevar por la imprimación, principalmente Jacob que es al que más le afecta todo aquello debido a su naturaleza.

En fin.

Tal parece que su terquedad y su afán de detestarse mutuamente mitiga un poco los efectos de la imprimación.

Estaban luchando y todos ellos no podían evitar notarlo día tras día. Los de la manada son testigo de los pensamientos de odio de Jacob, o lo que él intenta obligarse a creer. Se había reintegrado hace unos cuantos días a la manada, retomando en silencio el lugar que había abandonado después de lo acontecido.

Y los Cullen, bueno, ellos conocen el desconcierto de su hijo, quien ha querido mantener a raya los nuevos cambios en su vida retomando la caza, asistiendo a clases frecuentemente y visitando a Bella como solía hacerlo antes de todo el caos.

Alguien ajeno a él, que no tuviese constancia de lo que le estaba sucediendo diría que estaba bastante bien, pero aquellos que lo conocen saben perfectamente que no es así, testigo de eso es Jasper, que es quien tiene que acarrear con su oleada de sentimientos negativos.

Tal parece que ambos chicos se han vuelto a reintegrar en su vida cotidiana, en un intento de negar sus turbulentas realidades, estancando sus sentimientos  como si de una enorme represa mal construida se tratase, y eso es lo que más preocupa a ambos grupos, que se enreden en una monotonía forzada y terminen en algo mucho peor. Si seguían ese camino aquella represa podría reventarse en sus caras y ahí si que no habrá vuelta atrás, sólo les quedaría lidiar con las consecuencias que tratar de revertir el destino les traerá.

— ¿Cómo va todo con Jacob? — pregunta el doctor Cullen. La pregunta no iba dirigida a nadie en general, pero fue el padre del ya mencionado quien contestó.

— Igual...— vaciló, el cansancio siendo más que notable en su tono de voz y su desgastado aspecto físico, parecía haber envejecido diez años en esos pocos, pero tortuosos días. Todos ellos se veían así realmente, y aunque para los vampiros fuera prácticamente imposible agotarse físicamente sus emociones les estaban pasando factura, porque aquello era más de lo que podían lidiar — bueno, no podría decir que bien, ha estado yendo a las rondas con la manada, hace las mismas actividades que antes, sin excepciones, pero no está bien, eso lo sé, tal parece que...

— Intenta sumergirse en sus actividades, mantener la cabeza ocupada y así no pensar en lo que le está ocurriendo, cree que con hacer todo lo que hacia antes de la imprimación algo cambiará, todo volverá a la normalidad — Esme le interrumpió, y Billy la vio con rostro asombrado e interrogativo, pues eso era  lo que quería decir, en otras palabras claro está, pero con el mismo significado. Ella pareció comprender su incertidumbre y aclaró sus dudas — lo sé porque eso es lo que Edward ha estado haciendo, exactamente lo mismo. Inmerso en una rutina constante y por demás forzada.

— Tenemos que hacer algo, ellos se niegan a ver la realidad, a comprender la magnitud de las cosas, y no está bien, definitivamente no — comentó Sam con aires preocupado.

— Están empeñados en odiar al otro aún sabiendo que no pueden, ¡eso es imposible por la Luna! están hechos para estar juntos, no para pasársela peleando como perros y gatos — agregó el viejo Quil Ateara, que había estado en silencio con todo este asunto. La situación de esos chicos era un caso tan fascinante como extraño, algo que nunca había visto en su larga vida.

— Yo tengo una idea, sólo que tal vez no sea muy buena — habló algo avergonzada Alice por lo que había estado considerando. Era estúpido y cliché, pero estaba realmente preocupada por su hermano con todo este asunto de la imprimación, además estaba el hecho de que por más que se esforzara no podía ver su futuro y eso la frustraba en demasía. No tenía como ayudarlo y eso la hacía sentir impotente, así que en unos de los tantos momentos en que intentó ver algo acerca del por venir no logrando nada en absoluto trató de idear un plan en el que nadie resultará herido y Edward recobrara la tranquilidad. No se sentía orgullosa de lo que estaba por proponer, pero se quedaban sin tiempo y opciones.

— Creo que en esta situación toda idea es bienvenida, Alice — respondió Emmett por una vez sonando serio y preocupado. Su actitud juguetona había estado ausente durante esos día más empeñado en tratar de encontrar una solución al lío en que todos estaban envueltos.

— El chico Cullen tiene razón — Agregó con su muy acostumbrado tono de fastidio uno de los chicos de la manada, Paul.

— ¿Y que tienes en mente, cariño? — preguntó Jasper a su esposa, mientras influía su don en el lobo, calmandolo, pues en las dos veces que había tenido la oportunidad de estar cerca de él, se había dado cuenta que no tenía un buen genio que digamos. Así que para evitar altercados innecesarios...

El chico lobo le dedicó una mirada fulminante en cuanto sintió esa oleada de tranquilidad envolverlo y sabía muy bien que se trataba del vampiro rubio, pues era el único capaz de manejar las emociones según tenía entendido. Un metiche según su opinión, no tenía el derecho de interferir en los sentimientos de los demás escudándose bajo el pretexto de "ayudar".

Jasper sólo sonrió por la expresión del chico, le parecía un tanto gracioso que se enojara por nada. Adorable.

— Estuve pensando...— la voz de su esposa le distrajo de molestar al enfuruñado lobo — en un plan para hacerlos cambiar de opinión. Talvez ayudándolos a encontrarse por "casualidad" haciendo que se junten más a menudo y sus sentimientos se desarrollen hará que dejen ésta estúpida guerra silenciosa de lado aceptando al fin su realidad. El instinto de Jacob ayudará mucho en ello, según mi entendimiento sobre todo esto su lobo no puede estar alejado de su impronta por mucho tiempo, así que piensen en eso como un plus. Ellos interactúan, su lazo se hace más estrecho y Jacob no sufre las consecuencias de su distanciamiento.

— Tiene razón, señorita — murmuró Billy Black, la esperanza creciendo en su interior — Jake necesita estar cerca de Edward para estar bien, no importa si no son tan cercanos aún, con que se vean seguido es más que suficiente — los demás lobos asiente de acuerdo con el hombre en silla de ruedas, todos con el mismo sentimiento de alivio recorriendo sus agotados cuerpos.

— Entonces hay que ponerse en marcha ya mismo, además para que todo salga bien tendríamos que trabajar en equipo  — ahora bien, eso quizás sea lo más difícil tomando en cuenta la naturaleza de ambos grupos. La duda en las miradas de los lobos dejaba era la evidencia de lo complicado que podría resultar aquello, pero no es como que tuvieran muchas opciones a tomar en cuenta y su plan algo (muy) alocado era lo único que tenían hasta el momento. Podría salir completamente mal o en su defecto ser un éxito total.

— Estoy de acuerdo con la joven — habló Sue sopesando las posibilidades. Quizás obtendrían otra cosa buena de trabajar en equipo; podrían acabar con las diputas de ambas especies — si queremos ayudarlos, tenemos que estar unidos. Todos.

Y así ambos grupo de depredadores se unían para conseguir un mismo fin, olvidando las diferencias, dejando de lado el odio que una vez los había separado, para tratar de ayudar a aquellos dos chicos que tan importantes para ellos.

Aunque había una persona que no estaba muy a gusto con la idea de trabajar con sus enemigos, la sola idea de planteárselo le causaba enojo y fastidio, pero había alguien que estaba dispuesto a calmarlo...

Oh pequeño y adorable lobo, él estaría dispuesto a usar su don en él las veces que fuese necesario. Además, era bastante divertido verlo queriendo asustarlo con su mirada "aterradora".

Dios, parecía un cachorrito.

Entre el Crepúsculo y el Amanecer [Edward x Jacob]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora