cap.3| Negar lo evidente

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♠♥♠

Estaba nervioso, ansioso, frustrado y enojado.

Había dado tantas vueltas en su habitación que de no ser un hombre lobo ya estaría mareado. Maldiciendo a cada paso al culpable, según él, de sus problemas.

Ese maldito vampiro no hacía más que joderle más y más la existencia en cada fatídico encuentro que tenían. A ese paso iba a terminar poniendo una orden de alejamiento en su contra.

Es que podía pasarle todo lo anterior, le podría perdonar el quitarle a Isabella y también todas las estupideces que le dijo, pero lo que sucedió en el bosque fue demasiado, fue la gota que derramó el vaso, no podía y no iba a soportarlo.

Seguramente pensarán que está exagerando, que está haciendo mucho drama con todo el asunto, que no debería estar tan enojado, pero es que cómo no estarlo, si se había imprimado de Edward Cullen, un vampiro, su enemigo, un hombre ¡un jodido hombre!

Ah no.

Pero si sus ancestros creían que le iban a joder la vida decidiendo por él otra vez, no, se equivocaron, que les den. Nadie tomará decisiones por él nuevamente.

Él odiaba a Edward Sanguijuela Cullen desde el primer momento en que lo vió y se iba asegurar de que eso continuara así.

Estaba decidido a demostrar que la estúpida imprimación de la que todos hablan y a la que todos esperan con tanto anhelo, no era tan fuerte como solían afirmar.

El destino se había equivocado con él y lo iba a demostrar. Nunca estaría con un chico, no había sentido atracción por uno en toda su vida, porque es heterosexual, y eso no va a cambiar por el simple hecho de que unos muertos quisieran decidir por él todo el maldito tiempo.

Y Jacob no podría estar más equivocado, pero qué iba él a saber lo que pasaría en el futuro...

❄️❄️❄️

A unos kilómetros más allá, en el norte de Forks, alguien se encontraba en las mismas condiciones que Jacob.

Edward había llegado hace más de una hora a casa, se había encerrado en su habitación y no paraba de maldecir a los cuatro vientos. El pobre de Jaspers era el que estaba sufriendo las consecuencias, con los sentimientos descontrolados de su hermano golpeandolo, por medio de su don, que ahora no era de mucha ayuda que digamos.

Una carga de frustración, miedo y ansiedad lo abrumaba. Y por si eso fuera poco, estaba la preocupación de los demás vampiros presentes.

El rubio estaba que saltaba por una ventana sino supiera que era algo estúpido y sin sentido, porque no iba a morir.

- ¿Qué le habrá sucedido para que esté de ese modo? - exclamó Esme, con su maternal rostro preocupado por el que consideraba su hijo, aunque en efecto fuese mayor que ella.

- Creo que la vejez ya le está pasando factura al Monjesito - murmuró Emmett, su rostro serio como si estuviese creyendo sus propias palabras descabelladas - hasta loco se está poniendo. No sabía que eso podría pasarle a un vampiro, no sé si tenga que empezar a preocupar. No imagino un vampiro loco, ni siquiera se podría llevar a un manicomio - continuó divagando el fortachón, recibiendo la mala mirada de los presentes - ¡auch! - se quejó del zape que recibió de su malhumorada esposa1 sentada a su lado.

- Comportate Emmett, ¿no ves que estamos preocupados? - le reprendió la rubia, mirándole con reprobación por su actitud infantil, que distaba mucho de su gran tamaño.

- Yo también estoy preocupado amor, ¿cómo crees que vamos a controlar un vampiro loco? - dice tomándose en cerio lo del fallo mental de su hermano - ¡oye eso duele! - volvió a quejarse, sobándose el pellizco que recibió de parte de Rosalie.

- Por Dios, tómate las cosas enserio por una vez en tu vida.

- Pero me lo estoy tomando enserio - dice con un puchero, que no le queda muy bien tomando en cuenta la edad del vampiro, su tamaño y masa muscular - busco una opción de como regresarlo a la normalidad.

- Basta ya Emmett - le regañó Carlisle, harto de las ocurrencias de su atolondrado hijo - esto es serio - el antes mencionado se cruzó de brazos haciendo un berrinche demasiado infantil - Alice, ¿has visto algo con respecto a Edward? - preguntó, mirando a la menuda chica, sentada en el regazo de Jaspers.

- No, últimamente las visiones de su futuro no son muy claras, no lo sé, es extraño, antes tenía su futuro bastante claro, pero cambió de repente - Jasper abrazó a su esposa, pues la chica se veía realmente afectada con el asunto.

- Voy a hablar con él - dijo el rubio poniéndose de pie, dejando a su esposa en el lugar que antes era ocupado por él.

***

Estaba parado mirando por el gran ventanal de su "habitación" desde que regresó del para nada grato encuentro con el lobo.

Estaba mirando al bosque en un punto fijo, pero sin prestar atención a nada en realidad, sólo con la mirada perdida, tratando de entender lo que estaba sucediendo con él.

En su larga vida nunca había estado tan frustrado, indignado y no había tenido las ganas de asesinar a alguien tan grandes como ahora.

- ¿Me vas a decir qué te pasa? - se sobresaltó al escuchar la voz de su hermano, pero no volteó a verlo. No podía enfrentarlo, no ahora que sus emociones estaban tan descontroladas.

- Nada - fue la escueta respuesta que Jasper recibió del chico parado en la ventana, quien en apariencia, parecía un adolescente.

- Claro - dijo con sarcasmo - Entonces esos sentimientos que emanan de ti, ¿de qué son? ¿de felicidad?

Mierda

Olvidaba el don de su hermano.

Suspiró como si en verdad necesitara el oxígeno en sus congelados pulmones, y pronto sintió la tranquilidad y la paz que le hacia falta envolverlo, la que había dejado en aquel bosque esa misma tarde.

Sabía que era obra de su hermano manipulando sus sentimientos, de nuevo.

- Gracias - sin embargo no tenía la fuerza de voluntad para discutir como en ocasiones anteriores, porque a diferencia de las demás veces que eran a base de bromas, él esta vez, si que lo necesitaba.

Giró dejando de darle la espalda al chico rubio. Encontrándose con él parado aún lado de la puerta mirándole con una expresión de... bueno de Jasper, pero además de su constante expresión de sufrimiento había sincera preocupación en sus ojos dorados.

- ¿Y? ¿que le pasó a nuestro querido hermanito? - Emmett apareció en la habitación, con las manos en los bolsillos de los pantalones y su usual semblante relajado y divertido - No me digas que tu noviecita ya se dio cuenta que eres más aburrido que su abuelo y te terminó, ¿o es que tenía razón y en verdad estas loco? - dijo en broma, y tanto Jasper como él, rieron por las ocurrencias de su hermano logrando aliviar un poco la seriedad del ambiente.

- En verdad no se puede tener privacidad en una casa repleta de vampiros - resongó el de cabellos cobrizos con una sonrisa ladina.

- Vamos a cazar, si sigues aquí vas a terminar derrumbando la casa, y no queremos eso - propuso Jasper, y Emmett estuvo de acuerdo al instante, demasiado entusiasmado por tener algo de acción.

Rodó los ojos divertido, su hermano era como un niño atrapado en el cuerpo de un adulto.

- Está bien - aceptó sonriendo un poco más aliviado. Sabía que tanto el rubio como Emmett lo hacían para ayudarle a despejarse de aquello que le atormentaba. Y en verdad se lo agradecía, porque aquello que pasó esa misma tarde, lo tenía demasiado asustado y preocupado en partes iguales.

No quería pensar en ello en este momento, ya después vería como resolverlo.

Saltaron por la ventana corriendo a una velocidad sobre humana. Compitiendo entre risas por quién corría más rápido, siendo Edward el campeón en todas las ocasiones.

Era bien conocido que él era el más rápido del clan Cullen, así como Emmett el más fuerte y Jasper el más ágil.

Estaba feliz de que ellos hallan ido a sacarlo de la bruma que eran sus pensamientos minutos atrás, y aunque sus problemas y preocupaciones aún seguían ahí, ya no estaba tan azorado como antes y podía pensar con más calma en la búsqueda de una posible solución.

Entre el Crepúsculo y el Amanecer [Edward x Jacob]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora