cap.17| Amistad con el enemigo

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♣♥♣

[5/5]

Habían pasado más de dos semanas desde que entró en la rutina de verse con el lobo todas las tardes, y contrario a lo que pensó, descubrió que no era tan malo.

El chico era bastante divertido y bromista cuando entraba en confianza, pero también era serio cuando la ocasión lo ameritaba.

Podría decir que ya eran amigos, pues se tenían bastante confianza, al menos de su parte, y el lobo no demostraba lo contrario.

Habían desaparecido aquellos silencios incómodos que al principio se daban bastante. Se comentaban acerca de cómo había sido su día, hablaban de cosas triviales y sobre el futuro, también de sus sueños y mayores temores.

De verdad que se había llevado una gran sorpresa en cuanto a cómo se estaban desarrollando las cosas hasta el momento.

Aún se llamaban por aquellos sobrenombres que salían en el pasado cuando estaban discutiendo, pero al contrario de esas veces ahora era sólo por broma.

A veces se descubría a si mismo queriendo acelerar el tiempo, para que el momento de ver al cachorro llegara pronto, y es que pasar tiempo a su lado le ayudaba a olvidarse por unos momentos de sus problemas.

Lo más extraño de todo es que si el chiquillo chico tenía un problema, algo le molestaba o entristecía, era como si él mismo lo sintiera.

Era obvio que compartían una conexión, una demasiado fuerte para su gusto.

Las emociones del lobo eran las suyas propias. Era como tener el don de Jasper, pero destinado a una sola persona. A veces eso le sorprendía y le aterraba en demasía.

En estos momentos iba camino a casa de Bella a dejarla después del instituto. Su relación con ella estaba igual. Se veían en el instituto, él la llevaba a su casa, luego se regresaba a la suya y en la noche volvía a colgarse por su ventana a verla dormir hasta el amanecer.

Igual, pero tan diferente a la vez.

Y todo por culpa de ese alguien que robaba la mayor parte de su tiempo, estuviera o no presente.

- Alice me pidió que la ayudara con unas cosas, para la fiesta de graduación - comentó ella, sacándolo de sus pensamientos.

- Ah, ¿si?- respondió sin darle mucha importancia al asunto. A su atolondrada hermana se le había ocurrido la maravillosa idea de hacer la fiesta de graduación en su casa, como si ya no se hubiesen graduado lo suficiente como para aburrirse de ello.

Pero era Alice, qué más podría esperar.

- Sí, vamos a ir hoy de compras a buscar algunos materiales que nos faltan, iba a avisarte, para que me acompañes - no reprochó nada sobre el hecho de que sus palabras sonaran más como una orden en vez de una sugerencia.

No dijo nada por los siguientes minutos, tratando de aligerar la frustración que sentía, porque en unas horas tendría que ir a ver a Jacob a la frontera y ahora no podría, por tener que acompañar a su hermana y su novia de compras.

Maldición.

- ¿Hoy? - preguntó, tratando de no sonar tan enojado como se sentía.

- Si, ¿tienes algo más que hacer? - no podía decirle que iba a verse con Jake, porque aquello sonaría bastante raro. Además, para ella ambos chicos aún eran los mismos enemigos de siempre que se odiaban a muerte desde el minuto cero y se la pasaban peleando por su amor.

Nada más lejos de la realidad, lo que menos quería es esos momentos era pelear con el jovencito, pero acordó con Jacob no decirle hasta después. No pretendían mantenerlo oculto de ella, pues a como iban pintando las cosas y siendo almas gemelas dudaba desprenderse de su nuevo amigo en algún momento.

Entre el Crepúsculo y el Amanecer [Edward x Jacob]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora