Parte cuatro

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Baekhyun estaba ayudando a su madre a despellejar la liebre que iban a almorzar ese día en casa; mientras veía la sangre encima de sus dedos podía imaginar cómo sería su vida estando enlazado. Sonríe al pensar en su alfa llegando del trabajo y saludandolo con un beso lleno de cariño para luego servirle la comida entre conversaciones del día de cada uno.

En cuanto su madre lo llamo para que cortará las patatas, volvió a la realidad en donde la soledad era lo único que rodeaba su vida; suspira para luego hacer lo pedido por su madre. Sabía que debía dejar fluir las cosas y no martirizarse hora tras hora en su día a día. Sin embargo, sin darse cuenta ya estaba pensando en el futuro.

Después de almorzar fue a la casa de Soyeon, una compañera de la escuela porque tenían que hacer un trabajo en grupo. Sinceramente él ya no quería ir a la institución porque pensaba que no valía la pena ¿Para que graduarse? Pero realmente tampoco podía hacer nada, sus padres le obligaban.

Después de terminar su tarea, se despidió de la chica quien afortunadamente solo se limito a hablar sobre su trabajo de clase, suspira aliviado.

Mientras daba pasos lentos sobre la tierra pedrada, miraba al suelo hasta que chocó con algo que lo hizo caer sobre sus glúteos, al levantar la vista se encontró con el rostro de un alfa quien lucía molesto.

-Fíjate por dónde caminas, gordo asqueroso, -escupe con enojo mientras se inclina hacia adelante para tomar al pequeño por el cuello de su camisa.

Baekhyun temblaba como una hoja de papel ya que podía percibir el aroma a enojo de aquel tipo, traga saliva mientras siente como suda por el miedo. Sus ojos se mueven para todas partes queriendo encontrar a alguien que lo pueda ayudar, pero nada, todos pasaban sin verlos siquiera.

Después de unos segundos sintió un dolor agudo en su rostro, el puño de aquel alfa había caído con fuerza en su ojo. Grito e intento alejarse a lo que él otro lo tiró al suelo. Volvió a mover sus ojos encontrandose con la figura alta de alguien conocido, su hermano Kai quien solo veía la escena sin inmutarse a pesar de que Kyungsoo le decía que vaya, luego su mirada se desvío hacia otro alfa, el que se supone estaba destinado por la Luna para él, quien solo ignoro lo que le sucedía.

Aquel alfa se fue con su grupo de amigos riéndose de lo sucedido, Baekhyun se levantó aún con aquel dolor punzando en su cara. Empezó a caminar hacia el bosque, aquel lugar era donde se sentía tranquilo y en paz, quizá podría armar una pequeña choza ahí para poder vivir sin esperar nada de nadie. Sin embargo no sabía construir y nadie le ayudaría.

Llegó hacia la orilla de un río para poder lavar su rostro con agua fría. Apenas sintió la sensación helada sobre su piel fue más latente la punzada, se miro en el agua, su reflejo mostraba un rostro con la piel rojiza e hinchada alrededor de su ojo. Probablemente luego se formaría un moretón bastante feo.

Mientras miraba al frente, el viento frío congelaba su piel; su alfa había visto como lo golpeaban y aún así no hizo nada, le importó tan poco que incluso fue más doloroso que el mismo golpe. ¿No se suponía que los alfas protegían a los omegas? Al parecer él no cumplía con los estándares para merecer respeto como omega.

En cuanto volvió a casa, su madre le dijo que su papá iría a hablar con el alfa líder sobre lo que pasó en la tarde, ella estaba muy enfadada por lo que le habían hecho a su pequeño niño.

Al día siguiente, se quedó conversando con Luhan en el parque de la escuela. Hablaban de todo, incluyendo el hecho de que el alfa que lo había golpeado ahora se encontraba castigado por el líder.

-Oh, esta noche habrá una fiesta y quiero que me acompañes, -su voz salió llena de emoción alegre.

-No, como crees. -sacude su cabeza, -no me van a dejar, -explica mientras arrastra ligeramente la punta de su pie sobre la tierra del suelo.

Lamentos de un omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora