Las pisadas de los humanos y el omega eran lo único que se podía escuchar en el lugar; el corazón de Baekhyun latía con fuerza no conectando con su mente; el primero estaba emocionado por el reencuentro con su alfa y la segunda le decía que era peligroso.
El suelo frío se podía sentir en las plantas de sus pies ya que el recorrido era largo, la desesperación en su cuerpo era casi palpable debido a que moría por llegar, pero al mismo tiempo quería empujar a los humanos para salir corriendo de ahí e ir a un lugar tan lejano que ni siquiera los rayos del sol podrían encontrarlo. Sin embargo, cuando se halló frente a una puerta de metal, sus pasos fueron detenidos por el humano a su lado, habían llegado.
—Si él se porta muy agresivo, pulsa el botón rojo que está en la pared negra, —la suave voz del cuidador ingresa tan rápidamente por su oído que casi fue incapaz de procesar las palabras.
Baekhyun no fue capaz de agradecer la advertencia ya que uno de los guardias puso su fría y áspera mano sobre la piel delicada de su brazo para luego empujarlo hacia el interior de la habitación donde estuvo a punto de caer, pero afortunadamente su equilibrio se hizo presente. Al darse la vuelta pudo ver cómo la puerta se cerraba, el temor de la incertidumbre se iba apoderando de cada parte de su cuerpo como si de un virus se tratará; era su marido sí, pero no era más que otro vidrio bajo su piel evitando que pueda alcanzar una misera gota de felicidad.
—Finalmente llegas, —se puede escuchar la voz gruesa y rasposa de Chanyeol.
Los pies del omega dieron la vuelta para poder estar frente al cuerpo grande y lastimado de su alfa, el hombre tan imponente que siempre había estado convirtiendo sus días en miseria ahora lucía tan agotado que incluso revolvió su pecho.
—Tuve que venir, —las palabras resbalaron de sus labios en apenas un susurro. —Estoy en celo, —su mirada baja hacia la alfombra suave en el suelo.
—Puedo olerlo, —murmura mientras comienza a moverse, dirigiendo sus pies desnudos y heridos hacia el pequeño cuerpo tembloroso. —¿Usaste el mismo hechizo con mi lobo? ¿Fueron tus ferómonas las que hicieron posible mi marca en tu cuello? —se detiene frente al omega quien seguía mirando al suelo, estaba asustado. —¿Estabas tan desesperado? —se inclina hacia adelante hasta que su boca estuvo a la misma altura que el oído del pequeño. —Porque está funcionando conmigo, —el aire caliente de su boca provoco un ligero temblor en el omega. —Te voy a joder hasta que no puedas levantarte, eres mi esposo y está noche te trataré como tal, serás mío, —levanta una mano para rodear la cintura del chico con su brazo.
—Yo no use mi celo para que me mordieras, —susurra nervioso mientras pone sus manos sobre el pecho del alfa, su temperatura subió aún más cuando sintió el tacto sobre su cuerpo. —Viniste a mí, yo nunca me acerque a tí, —lame su labio inferior pensando que en cualquier momentos sus palabras podrían provocar enojo en el alfa. —O tú lobo, —desvía la mirada mientras siente como los labios del alfa se apoderan de la piel de su cuello. —Ya me ha quedado claro que nunca... nunca podré conseguir tu amor, —su voz se rompe y mira hacia el techo mientras una solitaria lágrima resbala por su mejilla.
Chanyeol ejerce presión con su brazo sobre la cintura rellena del omega para acercarlo más a él; su mente se había ido de paseo por un rato, en ese momento simplemente su esposo estaba en celo y no había nadie a su alrededor criticando al omega, criticandolo a él por haber sucumbido a las ferómonas del pequeño; solo eran Baekhyun y él dentro de un cuarto estrecho que encerraba el aroma de ambos, que estaba matándolo poco a poco, envenenando su sistema con aquellas ferómonas calientes que le daban el mensaje de tomar a Baekhyun hasta que el chico no pudiera ni siquiera levantar un dedo.
Sus labios daban un entretenido recorrido por aquella piel suave, su sabor era adictivo así que tuvo que sacar su lengua para poder probar mejor al omega y un explosión tuvo cabida en su boca e incluso sus ojos se blanquearon sintiendo como su cuerpo se estaba volviendo adicto. Baekhyun era malo, era una droga dañina a la que huyó por tanto tiempo porque muy en el fondo de su ser sabía que cuando aceptara su destino no podría dejar al omega, que lo iba a volver su esclavo permanente hasta que sus corazones dejarán de palpitar; toda su vida se negó a ser el perro de un omega, nunca quiso ser el guardián de nadie, solo quería vivir su vida libre y cuando el aroma del pequeño entro por primera vez en sus fosas nasales, lo supo... supo que sí se acercaba demasiado seria tan peligroso que preferió tratar de alejarlo.
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Lamentos de un omega
FantasyBaekhyun ha vivido con insultos hacia su físico toda su vida, pero nunca le prestó atención hasta que fue su alfa quien se los dijo. Advertencia: Si no te gustan los temas sensibles como el abuso y el maltrato este no es para tí.