Parte nueve

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Baekhyun estaba acurrucado en el baño, tenía su labio partido y gotas de sangre bañaban la tela de su abrigo café. Chanyeol había llegado enojado y como nuevamente la comida no le gustó, lo golpeó hasta que Baekhyun corrió al baño para encerrarse, tuvo que taparse los oídos para no escuchar las palabras horribles que le gritaba el alto. 

Hace varios minutos ya se había ido furioso de la casa, pero aún así Baekhyun prefería seguir escondido ahí. Tenía miedo de que el otro pudiera volver en cualquier momento. 

Miraba los dedos de sus pies mientras lloraba en silencio, le dolía la cara por los golpes. Aunque había sido peor aquella mañana que despertaron juntos y el alfa lo empujó provocando que su abdomen se golpeara. Le dijo que nunca volviera a meterse en su cama, y bueno los adjetivos que no lo bajaron de zorra que le siguió después no fueron gratos de escuchar.

Se levantó cuando sus lágrimas dejaron de salir, camino hacia el lavabo para mirarse en el espejo; su ceja estaba partida al igual que su labio, su mejilla dolía mucho y tenía un color rojizo; gotas de sangre corrían por su piel. En cuanto el alfa quiso golpear su vientre fue cuando salió corriendo, no lastimaría a sus cachorros.

Había pasado una semana desde que su marido le había hecho el amor de aquella manera tan linda, pensó que amanecería con besos y mimos, pero solo se llevó una caída al suelo. Prefirió no volver a acercarse a él.

Esa tarde fue a la casa de los padres de Chanyeol ya que hace unos días se había topado a una de sus cuñadas, ella le dijo que la familia Park quería conocerlo. Debido a que había estado ocupado con la casa y sus malestares por el embarazo no había podido ir, así que ahora que estaba libre aprovechaba. Se puso bastante maquillaje para tapar las heridas de su rostro, le daba vergüenza verse así. 

Llevo una cesta con panquecitos, esperaba que no estuvieran tan mal, se hacía esforzado en hacerlos. Mientras caminaba podía sentir miradas sobre él, apresuró el paso ya que se sentía incómodo. 

En cuanto llego tocó la puerta siendo atendido por una chica quien lo vio de pies a cabeza. Luego llamo a su madre quien vino hacia la entrada para recibir a Baekhyun. En ese momento pensó que quizá no había sido buena idea ir.

—Bienvenido pequeño, —una señora mayor, era como la edad de su propia madre, lo saludo.

Baekhyun fue invitado a sentarse y recibió bastantes preguntas que respondió lo mejor que pudo, quería irse ya que todos le daban miradas como las del pueblo de camino acá, eran miradas de lástima. 

—Señora Park ¿Usted sabe que le gusta comer a Chanyeol? —pregunta en voz baja mientras mira a sus propias manos que descansaban sobre su regazo. 

—Oh, bueno, —ella puso un dedo en su mejilla y subió la mirada intentando recordar. —Creo que le gusta todo lo que son carnes de cualquier animal que estén fritas o asadas, —explica y luego le pregunta la razón de la pregunta a lo que Baekhyun solo niega con su cabeza, no quería decirle.

Después de unas horas salió de la casa con una cesta llena de regalos por parte de la señora Park, agradeció y se despidió para ir a su hogar. Solo quería ir a dormir, ellos aún no sabían que él estaba en cinta y prefería que siguiera así, puso aceites aromáticos sobre su abdomen para que no se notase el aroma.

En cuanto llego a un lugar que estaba cerca de un restaurante, dejo la cesta en el suelo ya que le dolía la espalda. Estaba muy cansado, estiró sus brazos. 

Un ruido de música llamó su atención y luego unas risas, pudo notar la voz de Sehun entre ellas, pensó que quizá Luhan también estaba ahí así que fue al origen, pero no encontró al omega.

Lamentos de un omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora