Parte seis

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Afortunadamente para Baekhyun, nadie había visto de manera sospechosa que haya ido a quedarse en la casa de Luhan, como los padres de este último usualmente viajaban bastante, entonces solo eran los dos ahí. 

En varias semanas no había vuelto a ver a Chanyeol y eso lo tenía tranquilo, pero se sentía nervioso ya que no sabía que haría después. No quería vivir con el alfa, porque si el líder llegaba a enterarse, probablemente lo obligue a eso.

—Baekkie, mira prepare pastel de fresas, —Luhan pone la tarta en medio de la mesa para luego cortarla y servirle una rebanada a Baekhyun. 

El aroma a pastel recién horneado por lo general derretía la nariz de Baekhyun haciendo que este se vuelva una pequeña máquina hambrienta, pero… esta vez fue diferente. En el momento en que el humo entro por sus fosas nasales, su estómago dió un vuelco y su saliva se volvió amarga. De inmediato se levantó de la silla para ir hacia el baño y devolver la cena de la noche anterior. 

Luhan con preocupación fue hasta donde estaba su amigo y tomo su largo cabello para que no se vaya a ensuciar, luego froto su espalda mientras esté deba fuerte arcadas. ¿Su pastel había olido tan feo? Tenía que mejorar su técnica, no quería causarle un dolor de estómago a Sehun o a sus futuros cachorros. 

En cuanto terminó Baekhyun bajo la cadena y se inclino hacia atrás quedando arrodillado. Todo le daba vueltas y se sentía enfermo. Los pasteles de Luhan siempre sabían bien, no entendía que pudo pasar.

—Ven, lávate la cara con agua fría para ver si te sientes mejor así, —Luhan con cuidado lo ayuda a levantarse.

Baekhyun lavo su boca para quitar ese sabor terrible y echo agua fría a su rostro. Se vio al espejo casi asustandose al ver su reflejo, estaba pálido con las mejillas hundidas. 

—Parezco un muerto, —susurra para luego volverse a mojar la cara.

—Es porque vomitaste, ya mismo vuelves a la normalidad, —da palmaditas en su hombro.

Baekhyun esperaba sinceramente que sea solo eso, aunque supuso que sus noches de insomnio y preocupación también tenían algo que ver en su aspecto. Tenía miedo de lo que iba a pasar en el futuro con él.

Pasaron algunos días y Baekhyun seguía igual, devolvía toda su comida apenas la olía y lo poco que lograba meter a su estómago terminaba dentro del inodoro. 

Luhan le había dicho que tenían que visitar al médico del pueblo, pero este decía que no ya que pensaba que era solo estrés por lo que pasaba, no una enfermedad física. Sin embargo cuando se desmayó en la cocina, Luhan se asustó por lo que corrió para llamar a Sehun quien vino de inmediato.

El alfa cargo en peso a Baekhyun para poderlo llevar al médico, el señor Lee. El doctor lo examinó exhaustivamente para saber que le estaba ocurriendo aunque ya lo presentía de todos modos, pero necesitaba cerciorarse así que le hizo algunas pruebas.

—¿Es algo muy malo? —pregunta Luhan mientras es abrazado por Sehun. 

—No, en realidad no, —sonríe el lobo anciano. —Su amigo solo está gestando a un pequeño cachorro o bueno, según los análisis son dos pequeños, —dice con una expresión alegre, para ellos, los cachorros eran bendiciones de la Luna.

—¿Está embarazado? —pregunta Sehun luego de unos segundos ya que Luhan se había quedado petrificado. —¿Pero de quién? —frunce el ceño recordando que ningún alfa quería acercarse al pequeño chico.

—Supongo que de su marido, —contesta con obviedad el médico. —Tiene una ma-

—Muchas gracias por todo, señor Lee, —le interrumpe ganándose una mirada extrañada por parte de su alfa. —¿Debo darle algo a mi amigo?

Lamentos de un omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora