CARNATOR ET PRAESES

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Alerta de contenido +18.

Sí, de ese que estás pensando y algo más.


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VADE

Un nombre ajeno se leía en mi espejo.

Una locución latina perfecta para la ocasión.

Un juego de palabras que le parecían divertido.

Una rubia preciosa acababa de poner su firma para entrar en el infierno.

Avanzo hacia Agnes quien me mira a través del espejo. La empujo contra el vidrio y la obligo a borrar el labial con su boca mientras la tomo fuerte del cabello.

Avanzamos hacia la cama y nos detenemos para terminar de desnudarla. Me deshago de su blusa contemplando embobado esos llenos y preciosos pechos. Me dolía la entrepierna, la tenía dura hasta el cansancio y necesitaba con urgencia desnudarme y cogérmela como seguramente lo haría el diablo a su mujer.

Antes de desnudarme me prendo de sus pechos, exigiéndole todo. Me degusto en ellos recordando porque la deseo tanto. Sus tetas me encienden y me enloquecen al punto de la exageración. La hago gritar mientras las muerdo. Contrario a alejarse o detenerme, empieza a desabrochar mi pantalón. Quito sus manos con brusquedad y la empujo sobre la cama.

El control era mío, si ella lo quería, otro día con gusto se lo podía ceder, pero esta noche no.

Me alejo dejándola jadeante y desesperada por más. Voy directo al closet y saco un par de juguetes que iba a necesitar.

— ¿Qué es eso? —pregunta en medio de jadeos.

—Algo que vas a usar, ¿Por qué?

—Curiosidad.

—Si no lo quieres solo tienes que decirlo, si no puedes aguantar nada de lo que va suceder, usa tu palabra de seguridad y me detendré.

—Te tienes mucha fe.

—Ya lo veremos.

— ¿Vas a seguir alardeando o me vas a coger como dices?

Me acerco y tomo una de sus piernas, la ato a una esquina de la cama con ayuda de las cadenas; luego tomo la otra pierna y hago lo mismo, dejando su sexo completamente abierto a mis oscuros deseos. Agnes me mira divertida e intentando no parecer sorprendida, pero en el fondo se nota que es la primera vez que va a participar en este tipo de juegos. En mi juego.

Levanta el dorso de la cama mostrándome esos labios ansiosos y provocativos a pocos centímetros de mí. No puedo evitarlo y caigo redondo en su tentación. Nos besamos ferozmente; llevo un par de dedos a su centro y lo hallo completamente ardiente e inundado de su elixir. Se estremece a mi tacto y me muerde el labio inferior mientras jadea.

Vade retro [+21] En EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora