MEMENTO MORI

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*Alerta de contenido +21

Escenas de violencia sexual, delitos 

y violencia gráfica y explícita. 

No puedo decir que se salten este capítulo

 porque es necesario para la trama, lo siento. 

:/ 


A contados minutos de haber abandonado su auto no tarda en recorrer un estrecho y maloliente pasillo que más parece una repugnante ratonera. La oscuridad que lo inunda y que se conjuga con la humedad que desprenden sus desaliñadas paredes, contrasta con la sala principal del recinto. Nadie diría que las instalaciones de aquella moderna penitenciaría —la cual resalta con pulcritud en comparación con las demás edificaciones del centro— pertenecen a ese pueblo de mierda.

Jules camina siguiéndole el paso a un guardia, intentando a su vez adaptarse a la insuficiente luz que se ha olvidado de ocupar aquel espacio. Sus pasos son precavidos y sus ojos demuestran lo asqueado que está.

Le abomina el hecho de hacer acto de presencia para dejar unas cuantas cosas claras sobre la mesa y deleitarse en las dulces mieles de la venganza. Ya no habrá advertencia alguna de por medio que reduzca a ridiculeces su poder. Habrá reacciones contundentes en masa, propias de la acción que ha desencadenado el objeto de su irascibilidad.

Con un asentimiento de cabeza, el guarda le da aviso de la celda en la que se halla el cuerpo de interés. En dos zancadas se encuentra del lado correcto de los barrotes y los orbes marinos del chico tropiezan con los suyos para iniciar una férrea batalla de burlas con picas de testosterona, la misma que tiene por ahora a un único ganador.

— ¿Por qué mejor no me pegas un tiro y acabas de una maldita vez con esto? —escupe Vlade con más calma de la que se supone deba tener en cuanto lo ve detenerse en su frente. Por dentro está que se caga del miedo y la incertidumbre, solo tiene una persona a quien acudir y no es precisamente el ser más adecuado para ayudarle a enfrentar esta situación. Pero se niega a bajar la cabeza y permitir que Maksimov juegue con su mente.

—No mereces que te la ponga tan fácil. No —habla con impasibilidad, pero sin perder el tono autoritario que lo caracteriza y le dirige una mirada despectiva como de costumbre—. Hay más satisfacción en ver cómo te rompen el culo que ponerte una generosa bala entre la mandíbula y la nuca.

Aunque aquello es enteramente de su estilo, cree que le restaría gracia al asunto.

—Eres una mierda —su voz vacila a punto de caer, más se obliga a mantener una postura inescrutable—; más te vale que me acaben por el jodido culo porque si llego a salir algún día de aquí, iré por tu maldita cabeza y la de tu princesa.

Jules suelta una risa apática y altanera, regodeándose en la entereza de su superioridad. Para cuando el maldito consiga salir de la cárcel, él y su hija estarán en otro lado. Eso si antes no le han drenado el culo matándolo en el proceso o bien él mismo se canse de jugar y lo mande a matar.

Lo tiene donde y como quiere, sería fácil acabar con su vida, pero eso solo serviría para iniciar una inútil guerra contra su padre, quien aún figura como su socio. Se arrepiente de haberle dado una confianza a ambos que no era propia de su ser. Se equivocó al ver en Burak un potencial que realmente no tiene, sin embargo, aún le quedan usos interesantes para ese imbécil, antes de deshacerse de él como la basura que ciertamente es. Ya le llegará la hora. Quizás sea un dos por uno de padre e hijo.

Vade retro [+21] En EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora