CUI BONO

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 Ya había dicho que la historia pasó a ser +21, 

sin embargo, no quise profundizar mucho 

en las partes obvias de este capítulo.

No está demás la advertencia de lenguaje soez.


VLADE

El contacto del agua con mi cuerpo a poco de llegar a un punto de congelación, me despabila del sueño obligado al que estuve sumergido por inciertos minutos. Quizás exiguos para muchos, pero no para quien acaba de vivir lo mismo que yo.

El despertar no se compara con la saeta con que me hiere la monstruosa realidad.

—Maldito desgraciado hijo de perra —grito sin fuerzas viendo la silueta del hombre con el cubo de agua que me ha bañado, alejarse un poco y perderse en los confines de una oscuridad que empieza a aterrarme. Aun hiede a mierda y la intromisión del culo no se me borra de la puta cabeza.

Me han jodido.

El cuerpo se me crispa y me encojo en el suelo, frenando las ganas de llorar como marica. Me las va a pagar con la sangre de su puta hija antes que me lo cargue a él.

Me resulta jodidamente inconcebible someterme a este infierno. Ha sido casi que a voluntad propia. Soy increíblemente imbécil, simplemente no puedo dejar de meter las putas narices donde no me llaman. Me parece casi que hilarante mi situación. He caminado directo al matadero. Sin presiones reales, sin más influencias que la estupidez que me cargo últimamente.

Soy un maldito abnegado. Sí. Es lo único que se me cruza por la mente, porque en primer lugar, ¿A quién mierda se le ocurre huir por un crimen que...? Bah, peor aún, ¿A quién demonios se le ocurre follarse a la hija de un maldito traficante de armas de origen ruso? He perdido la puta cabeza y si no salgo de aquí pronto, dudo que me pueda mantener dentro de mis cabales por mucho tiempo, si es que estos todavía hacen parte de mí.

No puedo evitar el escape de lágrimas. Puede que sea un maldito, pero sigo siendo humano. Lloro un poco apretando los dientes hasta hacerme daño a mí mismo.

Estoy solo, jodido y empalado. Huelo a mierda, a suciedad y ganas de morir, pero no sin antes joderme a todos los que pueda hacer pagar. A pesar de ello, me considero el único culpable. Si tan solo no me hubiese dejado persuadir por mi madre, nunca hubiese venido a este pueblo del demonio. No. Si tan solo aquellos que me rodean abriesen los ojos y se diesen cuenta de la realidad que siempre ha estado frente a ellos. Ahí, consumiéndose en la exhumación de su verdadero ser.

—Levántate, putita llorona—la voz del hombre me espanta las jodidas reflexiones. A buena hora se me da por pensar con la cabeza de arriba. Maldita sea mi reciente suerte de mierda. Quizás no siempre he sido el más privilegiado entre los mortales que conforman mi peculiar familia, sin embargo, no había tenido un mal vivir hasta ahora. Supongo que mi momento ha llegado.

— ¿Qué hora es? —la voz me sale rasposa y ligeramente quebrada.

—Hora de comer y reponer energías, guapo. Hay fiesta esta noche en tú honor.

—Maldito —mascullo.

—Yo que tú cuido muy bien mis palabras de ahora en adelante, si es que deseas volver a ver la luz.

Me quedo en silencio. ¿Qué más da lo que diga? Las ordenes vienen de arriba y resulta que sobrepasan el nivel de tolerancia de mi sufrir.

El hombre se acerca, mas no logro ver su rostro. Me lanza algo que se siente como tela gruesa y me indica que termine de lavarme y me cambie la ropa.

Vade retro [+21] En EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora