HOC EST BELLUM

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VLADE

Camino a paso lento y seguro hacia mi descapotable rojo. Siento miradas sobre mi espalda pero no las típicas de chicas que dejan un rastro de baba cada que paso por sus jodidas narices, no. Estas se sienten diferentes e intensas.

Con cuidado me tomo la molestia de voltear buscando el origen de mi sentir y no encuentro nada anormal en la escena. Prosigo en mi camino hacía mi auto y nuevamente me abriga esa sensación de ser perseguido y vigilado por ojos extraños. Sacudo la cabeza buscando alejar esos pensamientos de mí sin detener mi paso.

Sonrío burlándome de la oleada de pensamientos estúpidos que se arremolinan a mí alrededor cuando el sonido de pasos firmes pero apresurados se escucha a mis espaldas y la extraña sensación se vuelve una maldita realidad.

La figura de dos hombres demasiado corpulentos se posa tras de mí, los alcanzo a percibir con el rabillo del ojo pero no logro reaccionar a tiempo. Cuando quiero darles la cara por completo ya me tienen el cuerpo bloqueado contra la puerta del lado del conductor, actúan como expertos, no me permiten verlos a la cara porque rápidamente me ponen una bolsa de plástico oscura en la cabeza, me arrebatan las llaves de las manos y me empujan dentro del auto.

Supongo que me hacen entrar en los asientos traseros porque de inmediato se escucha el chirrido de las llantas rozando furiosamente el pavimento del inconvenientemente desolado parqueadero de la escuela.

—¿De qué se trata todo esto? ¿A dónde mierda me llevan? —grito removiéndome en el asiento. Agarrándome como puedo de lo que siento cerca para evitar salir despedido hacia el frente con esa velocidad que parecen llevar. En segundos se escucha el sonido del techo del descapotable cerrándose sobre mi cabeza.

—¿Qué demonios? ¿Quiénes son ustedes? ¿Quién los envió? Puedo pagarles el doble si me dejan ir. —Solo escucho un par de risas ahogadas.

—Suéltenme ahora mismo. Mi padre los va a encontrar y les va a pesar todo lo que están haciendo —insisto.

—¡Cállate, estúpido! —Quiero replicar de inmediato pero siento un golpe seco en la nariz que me saca del juego.

Jodida mierda.

la cara me duele a grandes proporciones, siento la sangre acumularse en mi cabeza pues cuando recobro el conocimiento me hallo suspendido en el aire de cabezas y atado por los pies pero sin el plástico oscuro cubriéndome, a cambio una venda apretada me nubla la visión.

Sacudo el cuerpo y solo logro que el lado izquierdo de la cabeza se golpee contra algo macizo que me lastima. Lanzo insultos que resuenan como ecos por todo el lugar.

Alguien emite un escalofriante chiflido acercándose, puedo escuchar los pasos.

—¡Sujétenlo! —ordena una voz que reconozco al instante. Enseguida un par de brazos me agarran y quedo en la misma posición que tenía antes de oscilar.

—¿Dónde estoy? ¿Qué quiere de mi? —no titubeo cuando le hablo porque sé muy bien de quien se trata.

—Ya te lo había dicho y aún así te atreviste a pasar por encima de mis jodidas ordenes. —grita colérico.

—Yo...

—Tú nada, cállate la maldita boca —me interrumpe—. Asegúrense de dejarle bien claro que conmigo nadie se mete.

Escucho pasos alejándose y luego el impacto de un puño sobre mi estómago que me hace perder el aire. Empiezo a toser y gemir del dolor.

Maldita sea...

Vade retro [+21] En EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora