DENUNTIATOR

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Alerta de contenido +18. 

Sí, de ese que estás pensando y algo más. 


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AGNES


¿Qué si he disfrutado una noche con Vade?

A que sí.

Pero si continúo haciendo parte de su juego, esta historia que recién comienza tendría un prematuro final. Mi padre masacraría a Vade y luego a mí; o quien sabe, quizás nos atravesaría al tiempo con la misma lanza y de una sola estocada.

Debo decir que en la vida nunca se me ha privado de nada material. A su lado lo tengo todo, pero se siente como la nada.

Nunca voy a comprender sus métodos poco ortodoxos para darme lecciones inútiles de vida. Yo solo he necesitado su amor y lo que recibo a cambio son diversas y enriquecidas muestras de como infligir dolor. No se me hace justo a mi edad tener que lidiar con esas movidas. Necesito a mi padre en modo protector, no en esa forma inhumana en la que lo veo convertirse cada vez que hago algo mal.

¿Por qué sigo haciendo todo mal?

¿Por qué simplemente no me detengo?

Las ansias de experimentar cosas que nunca me serían posibles mediante su consentimiento, son muchas veces más poderosas que mi capacidad de ver el peligro a grandes señales.

Estoy harta de fingir ser alguien que no soy. Hastiada de tener que vivir pegada a la imagen de perfección que él pretende de mí. No soy una de esas muñecas de porcelana que mi madre solía coleccionar en vida; tan solo soy una chica que quiere terminar la secundaria y estudiar en una universidad decente y no tener que siempre esforzarse por ser la mejor en todo sino dejarlo fluir.

Porque no soy tan mala y casi siempre he destacado. ¿Pero a quien le importa? Si siempre tengo que cargar con la imagen de niña mimada vestida de tonos pasteles un día y luego la rebelde sin causa que aparenta tener un alma oscura y pecaminosa al siguiente.

Fue un poco difícil rechazar a Vade. No sé si me gusta de verdad o solo me atrae la idea de un poco de adrenalina a su lado mientras corro el riesgo de que mi padre nos descubra.

El chico es una delicia y presiento que al alejarlo estaré causando el efecto contrario. Al fin y al cabo todos son iguales. Solo basta con tocarles las pelotas y hacernos las indiferentes, para tenerlos detrás y rogando por un poco de atención. ¿Pero qué voy a saber yo de chicos? De milagro perdí la virginidad y de una manera miserable y nada épica. Sí. Nada de esa basura que nos venden las películas románticas de Netflix o los libros clichés de Wattpad y Booknet.

Vade retro [+21] En EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora