Capitulo 2

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Phoebe se arrepentía cada vez más de haber abandonado Smalltown para mudarse con lady Carrington, definitivamente ella no estaba hecha para este mundo. Estaba acostumbrada a vivir de una forma sencilla, sin grandes lujos, pero con todo lo necesario para llevar una vida cómoda y sin carencias. Siempre pensó que pasaría su vida allí, junto a su amado padre, pero unas fiebres se lo llevó demasiado pronto, dejándola sola, aunque por suerte con unos pocos ahorros.
Cuando estaba a punto de cumplirse el primer aniversario del fallecimiento del señor Thompson, Phoebe recibió una carta de lady Carrington, la cual mantenía correspondencia con su padre, aunque no con mucha asiduidad.
Naturalmente, Phoebe escribió rápidamente a lady Carrington informándole de las tristes noticias y disculpándose por no haberla informado con anterioridad, a lo que lady Carrington contesto presentándose inmediatamente en Smalltown.
Ni que decir tiene, que la llegada de lady Carrington a Smalltown fue todo un acontecimiento, no solamente porque por allí no eran habituales gentes de su alcurnia, sino porque jamás se habían visto tantos colores juntos en un mismo vestido. Ese día recibió más visitas que nunca, incluso la señorita Lincoln, una vieja solterona, que se pasaba media vida espiando detrás de las cortinas y la otra media buscando a quien contar sus chismes, no tuvo reparos en venir hasta tres veces a lo largo de la tarde, eso sí, cada vez con una escusa a cuál más tonta.
Tras resistirse durante varios días al ofrecimiento de lady Carrington de mudarse con ella a Londres, al final acepto, pues sus ahorros habían menguado mucho y aún no había pensado que haría cuando se le terminaran. Quizás no era tan mala idea hacer de dama de compañía de lady Carrington o incluso podría encontrarle trabajo de institutriz en una buena familia, ya que gracias a que su padre había sido profesor ella contaba con una excelente preparación. Con lo que no contaba era que su madrina (como lady Carrington había insistido en que la llamara) tenía unos planes que distaban mucho de convertirla en dama de compañía o institutriz.
Los primeros meses tras su llegada a Londres fueron tranquilos. Dado que seguía de luto, ese tiempo lo dedicaron a conocerse mejor y a que Phoebe se adaptara a su nuevo hogar, rodeada de personal del servicio con el que no estaba bien visto confraternizar, cosa que le costaba pues estaba acostumbrada al trato cercano con la señora Parry y Lily, que eran todo el servicio que tenían en Smalltown.

Una vez finalizado el luto fue cuando se enteró de los verdaderos planes de su madrina, que no eran otros que presentarla en sociedad y buscarle un marido. A Phoebe la idea le pareció una locura, pero su madrina estaba empecinada con la idea. Lady Carrington era viuda, con una muy buena posición económica gracias a la abultada asignación que le había dejado su difunto esposo. Y como no había tenido la dicha de tener hijos, estaba encantada con todo lo que implicaba el debut de una joven y Phoebe no se sentía con corazón para negarse.
A partir de ese día comenzó la gran locura. Lo primero que hizo fue llevarla a su modista de confianza, donde encargo vestidos de mañana, tarde, noche, de fiesta, camisolas, corsés etc. Mientras ella se dejaba tomar medidas pacientemente, eran su madrina y la modista las que decidían las telas, colores, diseños y adornos. El día que no tocaba modista, tocaba ir de tiendas a comprar sombreros, zapatos y demás complementos. Naturalmente, la que elegía todo era su madrina, pues ella se sentía abrumada ante tanta opulencia, aparte de que cada vez que se interesaba por algo su madrina lo descartaba por demasiado sencillo.
Otra cosa que hizo su madrina fue contratar a un profesor de baile y a otro de protocolo para acabar de pulirla antes de introducirla en la alta sociedad.
Phoebe que estaba acostumbrada a llevar una vida tranquila, estaba agotada y estresada de tanta tienda, modistas y profesores, pero veía tan feliz e ilusionada a su madrina, que hacía con gusto todo lo que ella quisiera.
Cuando lady Carrington recibió la invitación a la fiesta de los Condes de Spencer, consideró que sería la noche ideal para el debut de su ahijada, pues ya habían recibido casi la totalidad del vestuario encargado.
Y por fin llegó el ansiado día de su debut. Ansiado para su madrina, porque ella no tardó en empezar a arrepentirse.
Esa mañana Phoebe se había levantado relativamente tranquila, dada la situación, sin embargo lady Carrington estaba hecha un flan, parecía que era ella la que iba a debutar en sociedad.
Ya en el desayuno empezó a darle consejos tales como:
Recuerda hablar solo cuando se te pregunte y sé escueta en tus respuestas.
Procura no separarte de mí.
No mires fijamente a nadie.
Bajo ningún concepto estés con un caballero donde yo no pueda verte.
Jamás rechaces un baile.
Y así estuvo todo el día, hasta que tras el almuerzo le ordenó que subiera a su alcoba a recostarse hasta que llegara la hora de prepararse para la fiesta, pues tenía que estar fresca y descansada.
Ni que decir tiene que cuando Phoebe subió a su alcoba ya estaba en el mismo estado de nervios que su madrina.
Tras descansar, unas horas, llegó la hora de arreglarse para el baile, empezaron a entrar doncellas para prepararle el baño y cuando ya tocaba vestirse entró lady Carrington (la cual ya estaba preparada, pues quería supervisar todo el proceso).

ARRIESGARSE A AMAR  ( Borrador Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora