Capitulo 1

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Londres, cuatro meses despues. Mansión de los condes de Spencer. El día en que todo comenzó.

Aunque el barón Dudley no era muy amante de asistir a los bailes, su posición social sumado al hecho de ser uno de los solteros más codiciados, hacía que las invitaciones fueran constantes, viéndose obligados, tanto él como su madre la baronesa viuda, a asistir a más de los deseados. No obstante, esta vez había aceptado con gusto, pues daba la casualidad de que la anfitriona, la condesa Spencer, era su última conquista. Trevor conocía muy bien a la bella, fogosa e infiel condesa Spencer, por eso no había dudado de que Camille buscaría la manera de disfrutar de un apasionado encuentro, algo que hacía mucho más interesante la invitación.

Al llegar al baile, tras ser anunciados por el lacayo, Trevor y su madre saludaron a los anfitriones, el viejo y achacoso conde, y su flamante condesa Camille, una mujer despampanante, incluso ahora a sus treinta y seis años. No en vano, Camille fue la reina de la temporada el año de su presentación, motivo por el cual el conde de Spencer se enamoró nada más verla. Poco importó que el conde tuviera un físico de lo más desagradable o fuera treinta años mayor que ella, pues además de su título era uno de los solteros más rico e influyente del momento, cualidades mucho más importantes para los padres de Camille, los cuales no dudaron ni por un momento en aceptar la proposición obligando a Camille a casarse con él.

Tras saludar a los anfitriones, Trevor y su madre se habían adentrado en el gran salón, el cual ya estaba abarrotado de gente, aunque aún había muchos invitados esperando para entrar, cosa normal, ya que las fiestas de los Spencer eran conocidas por su opulencia y la gran cantidad de asistentes.

Aunque la mansión de los Spencer era grandiosa, dada la gran afluencia de convidados, también se habían abierto las grandes puertas de las salas colindantes al salón de baile, diferenciando así las distintas zonas, pero a la vez dando la sensación de ser una única sala. En la sala central estaba la gran pista de baile, con los músicos medio escondidos detrás de unas grandes plantas. A la derecha estaba la sala donde se servían bebidas, con mesas llenas de todo tipo de aperitivos y pastelitos. A la izquierda estaba la sala de juegos, donde se podía jugar a cartas o sentarse a conversar. Como las noches eran muy calurosas, también estaban abiertas las grandes puertas acristaladas que daban al jardín, el cual estaba adornado con multitud de farolillos, proporcionando una tenue luz, para los invitados que quisieran salir a pasear por él.

Lord Dudley y su madre se fueron acercando a saludar a todos los conocidos, hasta que los músicos empezaron a tocar las piezas de baile y empezó a ver a madres acercándose con sus hijas, momento en el que Trevor se separó de su madre, con la excusa de ir a saludar a un amigo y empezó a dar vueltas por el salón esquivando a madres deseosas de presentarle a sus hijas, mientras esperaba el momento de su encuentro con Camille.

Lo cierto es que al ser la anfitriona, lady Spencer había estado muy ocupada atendiendo a sus invitados, por lo que se hizo esperar bastante. No obstante, tras un par de horas entre tímidas debutantes, madres alardeando de las virtudes de sus retoños en busca del mejor postor y caballeros hablando de política, por fin Camille había pasado por su lado susurrándole donde lo esperaría.

—En quince minutos en la biblioteca.

Tras esperar el tiempo acordado, Trevor acabó su copa de un trago y se dirigió con disimulo hacia la biblioteca, lugar donde le esperaba la verdadera fiesta.

—Mi dulce Camille, no tienes compasión dejándome con esas cazadoras de solteros, mientras suspiro por tus labios —dijo al entrar en la biblioteca.

ARRIESGARSE A AMAR  ( Borrador Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora