Lara y Kitty estaban acabando de cortar unas sábanas, para usarlas como pañal, cuando Higgins entro a la habitación, así que se dirigió hacia la ventana, descorrió un poco la cortina, abrió una de las contraventanas y se quedó allí en silencio, mirando como despuntaba el nuevo día, mientras ellas terminaban su trabajo.
—Bueno, creo que de momento con esto habrá suficiente para tres cambios, luego prepararé algunos más por si fueran necesarios —dijo Kitty cuando cortaron la última sabana—. ¿Te encargas tú de ponérselo, Lara?
—Si, no te preocupes, yo me encargo del pequeño.
—Entonces voy a preparar algo de desayuno y un poco de té y café, debéis de tener hambre después de una noche tan ajetreada. Luego mientras coméis algo iré a preparar vuestras habitaciones.
Dicho esto, Kitty salió de la habitación y Lara fue a ocuparse del pequeño.
—¿Puedo ayudarla en algo, Lara? —pregunto Higgins acercándose.
—Gracias señor Higgins, pero no es necesario. Tengo mucha experiencia en pañales, en un momento estará listo y sin apenas moverlo —contesto Lara sonriéndole—. Debería usted bajar a comer algo y luego irse a descansar un poco, yo me quedaré con el pequeño.
—Se lo agradezco, pero yo me quedaré con él. Con que me traiga un poco de leche con mucha miel para el pequeño y café para mí será suficiente. Usted y Tom pueden descansar, si les necesito les avisaré.
—Como usted diga, señor Higgins —contesto Lara tapando al niño—. Bueno esto ya está, así que con su permiso voy a preparar la leche y un buen café para usted.
—Gracias, Lara.
—De nada, señor Higgins —dijo Lara sonriendo de nuevo y se fue en busca de la leche y el café.
Como ya se estaba haciendo de día, Higgins decidió dejar un poco abierta una de las contraventanas y apagar las lámparas de gas, consiguiendo así que la habitación quedara en una penumbra ideal para ver lo suficiente, pero sin perturbar el sueño del niño.
Cuando terminó se sentó en la cama y comprobó la temperatura del niño. La fiebre aún no le había bajado, así que mojo un paño y se lo puso en la frente, aunque tenía la sensación de que ya no era tan alta y el medicamento estaba empezando a hacer efecto. Por suerte parecía que el láudano ya había hecho efecto, pues el pequeño había dejado de hacer muecas de dolor y tenía un sueño tranquilo. Ahora había que ver si el jarabe conseguía bajarle del todo la fiebre.
Lara no tardó en volver con la leche, el café y unos emparedados. Café que Higgins bendijo, pues la penumbra y el silencio lo estaban adormeciendo y quería estar bien despierto. Tenía que vigilar la fiebre y estar pendiente de sí el crío se despertaba un poco para intentar que bebiera algo de leche, pues no sabían cuando había sido la última vez que el crío había ingerido algo.
Higgins siguió sentado junto al crío, observando su dulce y magullada carita, mientras le ponía paños húmedos en la frente, hasta que por fin el medicamento hizo efecto y la fiebre remitió por completo. Ya más tranquilo, Higgins acercó una butaca a la cama y se sentó a comerse los emparedados acompañados con otra taza de café mientras seguía vigilando el sueño del pequeño.
Aunque durante las siguientes horas el crío dormía tranquilo, Higgins no abandonó la habitación. Lara se había pasado un par de veces para ver si tenía que cambiar al niño y relevarlo un rato, pero no hubo manera de que abandonara la silla que había puesto junto a la cama.
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ARRIESGARSE A AMAR ( Borrador Sin Corregir)
RomantizmAVISO IMPORTANTE: ESTA HISTORIA NO ES EROTICA (AUNQUE AL PRINCIPIO PUEDA PARECERLO) SOLO TIENE DOS ESCENAS SEXUALES POR EXIGENCIA DE LA TRAMA Y NO SE UTILIZA LENGUAJE MALSONANTE. Esta es la historia de Trevor y Phoebe, dos personas en apariencia...