Capitulo 3

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Phoebe estaba junto a Lady Carrington, de la que no se volvió a separar, cuando vio que lady Dudley se dirigía hacia ellas del brazo de un caballero.

La baronesa era una de las pocas personas de la cual recordaba el nombre, pues aunque hablaron poco observó que era una mujer muy amable y en ningún momento mostró aires de superioridad al dirigirse a ella, cosas que si hicieron la mayoría de las demás damas. Cuando la contempló por primera vez pensó que era una de las damas más bellas y elegantes de la fiesta con su precioso vestido de seda gris perla, adornado con un delicado estampado bordado con hilo de plata, y peinada con un sobrio recogido.

Conforme se iban acercando empezó a reconocer al caballero que iba del brazo de la baronesa no se lo podía creer ¿ Qué hacía lady Dudley del brazo de un sinvergüenza como ese?.

—Lady Carrington, es un placer verla, está usted tan encantadora como siempre —saludo cortésmente Trevor.

—Lord Dudley usted tan halagador como siempre —contesto con una sonrisilla coqueta.

«¡¿Este libertino es el Barón Dudley? ¿El hijo de la encantadora baronesa?!» Pensó Phoebe sin podérselo creer.

—Lady Carrington con su permiso, querría presentarle a mi hijo, a la encantadora señorita Thompson.

—Oh. Naturalmente lady Dudley, será un placer —dijo lady Carrington encantada.

—Señorita Thompson permítame presentarle a mi hijo el barón Dudley. Hijo, te presento a la encantadora señorita Thompson.

—Es un placer lord Dudley— saludó Phoebe haciendo una genuflexión.

—El placer es todo mío, señorita Thompson— respondió Trevor besándole el dorso de la mano.

Tras la presentación comenzó una amena charla en la que Phoebe apenas participó, ya que hablaban de otros eventos o personas que ella desconocía.

Mientras los demás charlaban ella pensaba en lo extremadamente guapo, simpático, elegante, educado y buen actor que era el barón. Y es que con ese pelo negro, perfectamente peinado, sus hermosas facciones, esos ojos de un azul intenso tan hermosos como los de la baronesa, su elegante porte, con su frac negro y chaleco a juego con el vestido de lady Dudley, era uno de los hombres más atractivos que había en el baile. Nadie que lo viera en ese momento podría imaginarse lo que estaba haciendo hacía una hora, hasta ella llegó a dudar por un momento de que fueran la misma persona.¿Cómo podía estar tan tranquilo, sabiendo que ella había sido testigo de su desvergonzado encuentro con lady Spencer, haciendo como si ese momento nunca hubiera ocurrido? Estaba claro que lord Dudley era un hombre muy muy peligroso capaz de embaucar a cualquier mujer fingiendo ser todo un caballero cuando era un libertino que andaba con mujeres casadas en las narices de sus esposos.

—Señorita Thompson ¿Sería usted tan amable de permitirme su carnet de baile?. Me encantaría reservar una pieza —dijo Trevor por sorpresa—Naturalmente salvo que haya llegado tarde y ya tenga usted todas las piezas reservadas— añadió al ver que titubeaba.

—Oh, justamente tengo libre la siguiente pieza Milord, si usted está de acuerdo y no tiene comprometido el baile con ninguna otra dama, no sería necesario apuntarlo— contestó mientras sujetaba su precioso carnet con tapas de nácar (como correspondía a las jóvenes solteras), el cual no quería enseñar pues se avergonzaba de que lo viera totalmente vacío.

—Sea la próxima pieza entonces —estuvo de acuerdo Trevor, sabiendo que sería un vals, lo cual les permitiría hablar discretamente sin ser escuchados. Aunque ni por un momento creyó que la señorita Thompson tuviera el carnet de baile completo.

ARRIESGARSE A AMAR  ( Borrador Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora