Capitulo 15

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Al día siguiente, tras examinar al pequeño, el doctor Graham consideró que, dada la cercanía, si querían ya podían trasladar a Comadreja a casa de los Dudley, así que al llegar la noche Trevor se presentó en su casa con un niño herido.

La noche anterior, después de que el doctor se marchara, Trevor e Higgins habían estado contándose todo lo ocurrido desde que se separaron. Luego estuvieron hablando de llevar al niño a casa de Trevor y los dos consideraron que lo mejor era inventarse una excusa lo más creíble posible para justificar que uno de los dos se presentara en casa con el pequeño y que el personal chismorreara y elucubrara lo menos posible, así que el día anterior, después de ponerse al día, habían estado planeando que dirían. Dado que el personal creía que la ausencia de Higgins se debía a que había tenido que ir a Gloucestershire a solucionar unos asuntos, decidieron que lo mejor era que él se presentara en casa a primera hora de la mañana como si acabara de llegar a Londres y Trevor iría por la tarde a ver al crío y esperaría la visita del doctor Graham y si este consideraba que era seguro trasladar al pequeño se lo llevaría a casa.

Una vez ya lo tenían todo planeado, Higgins y Trevor subieron a la habitación a hablar con Comadreja para explicarle todo, que conociera a Trevor y que supiera que era de confianza y que tenía que hacerle caso a todo lo que le dijera. Al niño enseguida le gusto lord Dudley (que eran como se lo habían presentado para evitar que el niño lo llamara por su nombre de pila delante del servicio), pues este no tardo en ponerse a contarle historias y a bromear con él.

Tal como habían planeado a media mañana, Higgins se había despedido del niño y le había dicho que por la tarde iría lord Dudley a buscarlo para llevarlo donde él estaba y que él lo estaría esperando en la otra casa y le tendría preparada una bonita habitación. Como era de esperar el niño no quería que Higgins se fuera, pues aunque este le decía que solo serian unas horas, Comadreja temía que lo abandonara y no lo viera nunca más. Al final, Higgins ya no sabía que decirle al pequeño para que se quedara tranquilo, así que se sacó el reloj de bolsillo y le explico que ese reloj era un objeto muy valioso y que jamás se separaba de él, pero que se lo dejaría hasta que volvieran a verse. Como el pequeño no sabía leer el reloj, Higgins le enseño como funcionaba y le dijo que antes de que las dos agujas llegaran donde él le señaló ellos ya estarían juntos otra vez y el niño se quedó un poco más tranquilo, pues aunque no estuviera muy seguro de que fueran a por él, consideraba que el reloj era demasiado valioso como para que Higgins no quisiera recuperarlo.

Al llegar la tarde, Trevor había salido de casa diciendo que iba a ver una fábrica y que dada la localización de esta prefería ir en un carruaje de alquiler (costumbre que solía tener cuando visitaba barrios peligrosos) y se fue a casa de Tyler. En cuanto Comadreja lo vio se puso muy contento y empezó a preguntar cuando lo llevaría a la otra casa. Trevor le dijo que primero tenían que esperar a que viniera el doctor Graham e intento tenerlo entretenido, pues el crío estaba bastante nervioso y no paraba de mirar el reloj. Por suerte Graham no tardo demasiado en llegar y por fin pudieron irse, aunque decidieron que dado que el niño estaba muy nervioso, lo mejor era darle un poco de láudano o era capaz de llegar a casa de los Dudley llamando a Higgins a gritos, cosa que echaría por tierra toda la historia que habían planeado contar.

En cuanto Trevor llego a casa con el niño, tanto Higgins como lady Dudley empezaron a hacerle preguntas fingiendo no saber nada del niño, para disimular delante del resto de servicio, y este empezó a contar que tras visitar la fábrica se fue caminando hacia una zona más transitada en busca de un carruaje de alquiler y al pasar cerca de un callejón escuchó lo que le pareció el lamento de un niño, se acercó a mirar y se encontró con un niño malherido. Por sus ropas raídas y su lamentable estado, todo parecía indicar que se trataba de un pequeño huérfano que seguramente había intentado robar a la persona equivocada, así que sin pensárselo dos veces lo había cogido, había ido en busca de un carruaje y le había pedido al cochero que lo llevara al médico más cercano que conociera. El cochero lo había llevado a casa de un tal doctor Graham, el cual se había encargado de examinarlo, lavarlo y curar las heridas, pero una vez hecho esto el doctor ya no podía hacer nada más, así que no le quedo más remedio que liar al niño en una sabana y traerlo a casa para ocuparse de él hasta que el niño se recuperara. Esa fue la historia oficial que se contó en casa de los Dudley, historia que nadie del servicio puso en duda, pues todos conocían el altruismo de los Dudley.

ARRIESGARSE A AMAR  ( Borrador Sin Corregir)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora