Capítulo 13

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                DÍA NUEVE.

Buscó su ropa, viéndola desparramada por el suelo de aquel cuarto. Cuando vio sus pantalones, sacó el celular con sus manos temblorosas y decidió llamar a la única persona que podría protegerlo.

─ ¿Mike? ¿qué sucede? ─ La voz de su hermano le provocó más llanto.

─Ven, ven por mi... p-por favor Bill, yo- te necesito, ven. ─ Su voz sonaba entrecortada y ronca por los gritos que antes había dado.

─Dime dónde estás Michael... ¿qué sucedió? ─ Pero es que Michael no quería hablar de eso, al menos no por teléfono.

─Solo ven ─ Sollozó antes de colgar y mandarle pronto la ubicación actual.

Su suéter estaba completamente destrozado al igual que su playera, sus muslos no dejaban de temblar y no podía mover las piernas con normalidad. Pero tuvo que hacerlo, tenía que moverse, por lo que esa fuerza salió de sus ganas intensas de irse de ese lugar. Con un dolor inmenso en su espalda, se coloque su ropa interior y sus pantalones, amarró sus zapatos y optó por ponerse la chaqueta de Francisco, si bien odiaba el olor y el recuerdo, no podía salir semidesnudo a la calle.

Salió de aquel apartamento del cual esperaba jamás volver a saber, al igual que tampoco deseaba saber sobre el hombre que se había quedado dormido en la cama. No se casaría.

Esperaba la llegada de su hermano en la entrada del edificio, sus ojos estaban fijos en la ventana del apartamento donde habían ocurrido los hechos y se mantenía abrazado a sí mismo en un llanto silencioso, ignorando las miradas de gente ajena a su situación. No podía creer lo que acababa de pasar con el chico que amaba, lo había destruido y le había arrebatado demasiado.

******

Billy llegó, Michael solo se subió al auto en silencio, ajeno a la voz de su hermano cuestionándolo. No quería hablar mucho, apenas y podía sentarse, no se creía capaz de hablar.

─Solo conduce a otro lugar, solo conduce. ─ Habló al borde del llanto.

Su hermano se notaba frustrado y confundido por no saber lo que le sucedía a su hermanito, igual y muchas teorías se pasaban por su mente, pero ninguna englobaba lo destrozado que se veía Michael. Tal vez Michael y Francisco habían discutido muy fuerte, tal vez Francisco había dejado a Michael allí solo a su suerte... pero ¿y esos golpes? Billy se enfureció, muy internamente sabía que Francisco no era ningún santo ya que él mismo había escuchado la manera en la que discutían. Francisco era demasiado celoso y posesivo, de eso se había dado cuenta el primer día que lo conoció.

Se dio cuenta de que ese golpe que llevaba en el ojo, no era el mismo que tenía en la tarde y se encontraba sanando. Se sentía inútil, solo estaba ahí sin poder lidiar con lo que sea que Michael tuviera. A lo mejor era un golpe nada más... no se imaginaba lo que realmente Francisco le había hecho a su hermanito.

─Creo que en casa te sentirás mejor y-

─ ¡No! Yo... prefiero ir a otro lado, por favor- yo no quiero que...

─Entiendo Mike, entiendo. ─ Aunque en realidad Michael no entendía nada

No comprendía por qué Michael no se había dado cuenta mucho antes, así se evitaría esas discusiones. Aunque no era quien, para juzgar la vida de su hermano, si fuera por él, le ahorraría todos los momentos de amargura y dolor para siempre. Pensó por varios minutos a dónde podría ir y aprovechó que su hermano se había quedado dormido para poder conducir en dirección de la persona que probablemente los ayudaría en esos momentos.

No llevaría a Michael con Luke, eso definitivamente podría empeorar todo en lugar de buscar una mejora. El único amigo que le quedaba entonces era Josh, así que iría hacia allá. Un lugar tranquilo donde Michael pudiera dormir y tal vez luego explicar que fue lo que pasó.

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