[Capitulo 32]

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Elijah caminó por el suelo de su planeta.

Inselheim, su paraíso privado, un poco más pequeño que la tierra pero con una atmósfera similar antes de ser enriquecido por el depósito de Vibranium y las amas sagradas de Phoenix.

Ahora Inselheim es un paraíso.

Para proteger su planeta , Elijah implementó varias medidas de seguridad como un Escudo de energía que envuelve el planeta y lo oculta de cualquier sistema de detección , así como una ilusión gigante que hace que el lugar donde se encuentra el planeta , parezca inexistente.

Eve también ha ordenado a varios androides que viajen a los planetas cercanos y circundantes y crea un puesto de avanzada para hacer de Inselheim un planeta fortaleza.

Elijah siempre disfruta paseando por el bosque existente en su planeta.

Elijah volvió a la base .

Era simplemente enorme.

Tenía varias instalaciones que iban desde laboratorios de investigación hasta campos de entrenamiento y otras instalaciones esenciales.

Llamó a Eve y le dijo:

"Eve, te dejaré todo para que te ocupes de ello. Me iré a Niheim. Si hay algo de extrema importancia o urgencia, por favor llámame". – Elijah

Eve asintió y Elijah se fue a buscar a Jean para llevársela con él.

Apareció en su mansión encontrando a Jean esperándole .

"¿Listo?" -Elijah

Jean sonrió y dijo:

"Sí, vamos. Echo de menos a Hela". – Jean

-El castillo de Hela, Hel , Niheim.-

Hela estaba sentada en un lujoso sillón mirando por la ventana.

Ha echado de menos a Elijah y a Jean.

Desde que Elijah entró en su vida, se volvió menos odiosa y menos enojada, el siempre encontraba la manera de calmarla.

De repente, sonrió maravillosamente cuando una voz sonó en su oído:

"Siempre te ves tentadora cuando estás pensativa, mi encantadora Reina". – Elijah

Hela desapareció de su asiento y se lanzó al abrazo de Elijah.

Lo abrazó con fuerza disfrutando de su aroma, miró a Jean y le dio el mismo abrazo.

Luego dijo sarcásticamente:

"Desapareciste, no habrás echado de menos a tu diosa de la muerte ¿verdad?". - Hela

Elijah se acercó a ella y le puso la mano en la cintura y la acercó a él y le susurró cariñosamente al oído:

"No tienes ni idea de lo mucho que te he echado de menos querida." – Elijah

Los tres se sentaron y charlaron un rato.

Elijah dejó hablar a sus dos ángeles y fue a traer algo de beber.

Encontrando el alijo de alcohol que dejó en el castillo de Hela.

Cogió una botella y tres copas y volvió para compartirlo con sus dos encantadoras chicas.

Regresó y se encontró con una sorprendente y hermosa escena que se desarrollaba frente a él.

Hela y Jean se estaban enfrascando en una acalorada batalla de besos.

Se besaban y movían sus manos por todas sus redondas curvas.

Elijah se quedó maravillado ante esta impresionante escena.

Las Crónicas de ElijahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora