Consecuencias. [1/2]

810 80 17
                                    

—¡Finalmente! Podemos regresar al presente.

—¿Vez porque siempre debes saber cada cuento a la perfección, Brooke?

—Si mamá, pero ¿Que hacemos en la oficina de Charles Grimm...? Y...¿¡Que hacen ahí Lance Charming y Blanca Nieves!?

El plan va marchando perfectamente, Majestad. Hemos estado siguiendo de cerca los pasos del joven Le-Gume y la joven Beauty, están perdidamente enamorados.

—Lo sé Milton, Gerald alardeaba que no era como su padre. Pero sabemos que Gastón era igual que su hijo...no se darían por vencidos hasta obtener su mayor premio, la chica de sus sueños, la extraña...en el fondo, es un villano cómo todos los demás— Observé a la reina sentarse de vuelta en los sillones frente a mi escritorio, justo alado del señor Charming.

—Pero creo que olvidamos algo, es algo importante...el amor no puede cambiar los papeles, Nieves. ¿Cómo se supone que haremos que él sea la... bestia?

—Creo, Majestad, que esa pregunta debería ser para mí. No se preocupen, mi reina, mi rey, yo conseguiré el único artefacto que puede garantizar que Gerald Le-Gume siga en nuestras riendas—

La reunión ha terminado, sin embargo, aquel trío de nuevos villanos se volverían a reunir en el anochecer. Después de todo, tenían que obtener el informe de su pequeño experimento.
Pero la misión de Milton Grimm no se ha terminado.

En su reflejo frente al gran ventanal detrás de su escrito, su rostro muestra la duda que lo persigue. Había recuperado a su hermano después de tantos años, pero, debía hacer un sacrificio más...por su bien.

—Lo siento...Giles...— Milton se dió la vuelta y bajo la fotografía de él y su hermano que adornaba su escritorio.
.
.
.
.
.
—¡¿Dónde está.!? ¡Debe estar en alguna parte!— Los libros de aquel escondite estaban en el piso, Milton Grimm buscaba con desesperación aquella reliquia que había iniciado todo.

El libro de los hermanos Grimm. El libro de cuentos original.

Su esperanza poco a poco se iba agotando, parecía imposible encontrarlo.
No fue hasta que, hasta que vio el pequeño pedestal frente a la chimenea.
Ahí estaba el libro, abierto de mitad a mitad, justo en el cuento de la bella y la bestia.

—¿Milton? ¿Qué haces aquí?— Giles había regresado a su escondite, sorprendido con la visita de su hermano.

—¿Por...por qué estás leyendo esto? ¿Quien lo vio...?—Con fuerza, Milton cerró el libro antes de tomarlo.

Giles jamás había discutido con Milton, pero conocía el lado oscuro que su hermano poseía. —Daring vino a verme... después de lo que ocurrió en la clase de danza ancestral...Milton, no sé que harás o porque lo haces...pero debes dejar de meterte en las vidas de otros. Mírame, porfavor hermano.

Milton se dió la vuelta para observar a los ojos a su hermano menor. —No importa lo que haya pasado...nosotros, yo, puedo cambiar todo a mi antojo...no lo entenderías Giles...jamás entendiste el valor de seguir el orden natural de las cosas.

—¿El orden...? ¡Milton, no hay un orden natural cuando dos chicos están destinados a estar juntos! ¡La joven Beauty ama a Daring y él a ella! ¿Que te ha pasado?...cuando— Giles se retiró los anteojos antes de volver a ver a su hermano mientras caminaba hacia el. —Cuando éramos niños y descubrimos nuestros poderes...cuando descubrimos que podíamos crear historias...siempre quisimos que todos siguieran a su corazón...se que lo que pasó con la reina malvada hizo que vieras que los que desafían las reglas son los "débiles" pero no es así...yo soy Rebel...y tú lo eres también. No sé, no se que hayas hecho o que planeas hacer... Pero—

—¿Pero que harás? ¿Me pondrás un hechizo para hablar en enigmañol como yo te hice a ti?

—No...pero no te dejare salir con este libro si es que quieres hacerle daño a otros— Giles extendió su mano hacia Milton, quien la observó con incertidumbre. —Deja lo que estés haciendo...quiero a mi hermano de regreso, el valiente Milton que veía por los demás...se que está ahí adentro...—

El mayor de los hermanos sentía sus dos opciones apuñalando su espalda. Por un lado podía irse con el libro y hacer que todo fuera como debía haber Sido, pero por otro, podía ayudar a romper lo que había provocado.

Pero no podía, Giles no tenía idea que Milton, que su hermano mayor hacia todo esto por salvarlo.
—Ese niño pequeño...ha muerto... Giles— Milton tomó a su hermano y lo arrojó al suelo junto a los libros y pergaminos que había tirado. —No te hechizaré de nuevo, pero ahora, nadie podra encontrarte de nuevo.

—No no no, no lo hagas ¡Milton!—

—¡Paredes que han resguardado las historias de mi pluma, les ordenó que cierren este lugar para siempre. Encierren a su prisionero si sus intenciones son un peligro para la escuela, no dejen entrar a quien quiera perturbar el orden!— Las palabras de Milton Grimm habían lanzando un poderoso hechizo que hizo que la magia del portal de la biblioteca comenzará a cerrarse.
El camino hasta la salida y pudo ver por última vez la mirada de decepción de su hermano.

—Giles...debo salvarte...debo hacerlo

Siempre serás una bestia. [Darbella]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora