6.Frío

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–Hey ¿A dónde vas?– le dije a Charlie mientras ella se abrigaba para salir.

Todos los fines de semana hacia eso, bueno no la culpo, si tuviera planes todos los fines de semana lo aprovecharía.

–Saldré con Bianca, probaremos una nueva cafetería, estoy emocionada.– podía ver su gran sonrisa de oreja a oreja, la verdad me siento bien por ella, aunque quisiera un poco de compañía.

–Esta bien, vayan con cuidado.– le dije despidiéndome.

–Gracias igual.

"Bueno, supongo que será otro fin de semana solitario". Pensé en voz alta mientras cerraba la puerta.

Desde hace varios días me he sentido así, es algo que aún no lo puedo comprender. Normalmente no me gusta hablar mis problemas con la gente, o hablar acerca de mis sentimientos.

Agarre un libro que tenía pendiente desde varias semanas y me propuse a leerlo. Supongo que será divertido.

***
Eran las 11:40 pm, estaba empezando a sentir aburrimiento, hice de todo pero nada, supongo que hace falta aire fresco.

Comencé a abrigarme para salir, el mes de octubre es muy frío aquí.

Salí de mi edificio y me puse a caminar sin esperar nada, aún no era temporada de nieve pero se sentía realmente frío.

Fui a la máquina dispensadora por unas gomitas, tenía pensado en pasar toda la noche afuera, aunque moría de frío, creo que no me había abrigado lo suficiente ¿Es raro que haga tanto frío en otoño? Me sentía que estaba a unos cuantos minutos de enfermarme, me dirigí a ver las gomitas pero cuando estaban por salir esas gomitas se atoraron, intente mover la maquina pero aún no salían, de un momento a otro empece a mover la maquina bruscamente diciendo "Tonta maquina",pero me detuve cuando escuche una voz:

–¿Puedo ayudarte?– La voz no era familiar, me paralice y me espante, me di la vuelta para ver al chico y era a-apuesto. Era un chico alto, con ojos azules y cabello un poco largo pero no más abajo de las orejas.

–Ho-Ho-la.– ¿Por qué tartamudeo? Es solo un chico, pero ¿Qué hace aquí? Pensé que sería la única loca al salir a estas horas de la noche con un gran frío, solo lo miraba paralizada, sus ojos eran como un gran lago cristalino.

–¿Puedo ayudarte?–su voz era cálida, amable.

–Em- Em... no gracias.– dije tartamudeando.

–¿Segura? Se veía que estabas batallando con la maquina.

–Si solo que... mis gomitas se atoraron y no las puedo sacar.– dije mostrando el problema.

–Bueno, veamos si te puedo ayudar.– intento mover la maquina pero nada, se quedó un tiempo pensando en una solución, cuando agarro una moneda y pidió las gomitas, y salieron dos paquetes.

–Gracias.– dije en voz baja.

–No hay de que.– Me regaló una de las más lindas sonrisas que recuerdo. Agarre mi paquete pero el me dío el otro diciendo:

–Quédate las.–Me las dío poniendo su mano sobre la mía, sentía que revoloteaban mariposas en mi estómago, me sonroje de la nada, él se mostró amable. –¿Cuál es tú nombre?– dijo él mientras pedía unos chocolates.

–E-Ether.–Dije aún tartamudeando, estaba ladrando el labio.

Quiero decir, era la primera ves que lo veía ¿Por qué eso me pone tan nerviosa?

–Bueno Esther, soy Ethan, un gusto verte.– me dijo poniendo sus manos cálidas sobre las mías.

–Un gusto.– Oficialmente estoy sonrojada.

El camino de una luciérnaga [Novela Cristiana]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora