20. Died

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ESTHER

Estaba durmiendo plácidamente cuando me desperté de la peor manera posible, no podía dejar de toser, ¿Qué me ocurría? ¿Era la única que se sentía así? me estaba ahogando, algo me estaba desgarrando mi garganta lo que causaba que me doliera demasiado y el calor que hacía era insoportable. Me levanté corriendo y abrí la puerta, pensando que lo que estuviera adentro saldria, aún estaba dormida, pero lo que ví fue tan desgarrador. Había un gran incendio frente a nosotras, el edificio estaba en llamas completamente. Algunas chicas estaban corriendo alarmadas y asustadas.

Corrí hacía Charlie para despertarla y escapar del edificio.

—¡Char...Charlie! —grité tosiendo. Tomé la muñeca de ella y dí un gran tirón haciendo que se despertara.

—¿Qué...? —no logró completar la frase ya que ella también tosía.

—Hay un incendio, ven hay que huir —me coloqué mis sandalias, fui al baño para empapar dos paños y colocarlos en la nariz y en la boca para no inhalar tanto humo.

Le dí un paño a Charlie y comenzamos a correr. El fuego era insoportable... ¿Lograríamos salir? Ojalá que si, aunque cada vez me sentía más débil. Me dolía demasiado la garganta, intentamos abrirnos paso entre el fuego, no podíamos ir ni tan rápido ni tan lento, tenía la mano de Charlie entrelazada entre la mía. Batallaba para respirar, estaba inhalando mucho humo y tal vez podría morir de intoxicación.

Nos faltaban muchos pisos para salir del edificio, por obvias razones no estaban los elevadores en funcionamiento, así que estaba todo cada vez más difícil. Por suerte miré un extintor, corrí hacía él y lo abrí, ayudándonos a hacer paso entre el fuego. ¡Gracias a Dios! Mis esperanzas por sobrevivir disminuían, el fuego era insoportable "Dios, que se haga tú voluntad" cuando el extintor ya no tenía contenido aún nos faltaban ocho pisos por recorrer. Parecía que estaba en un infierno, ¿Así luciría el infierno? Espero jamás descubrirlo.

Ya no era fuerte, quería tumbarme a llorar, estaba entre la posibilidad de morir. La opción de esperar a que un bombero llegue era algo tentador, pero no podía estar cien por ciento segura de que los bomberos ya estaban por nuestro rescate. Sólo quería tirarme al suelo y dejar que todo ocurra, pero había algo que me decía que fuera fuerte. Debía ser fuerte para Charlie, ella estaba nerviosa y angustiada. Cada movimiento que hacía se estremecía y temblaba, aunque ella lo intentaba ocultar yo la conocía mejor como para saber que la estaba pasando mal. ¿Y quién no? ¿Quién estaría tranquilo estando rodeado por fuego?

El humo cegaba mi vista en una capa negra, los ojos me dolían demasiado. Los dolores que sentía eran insoportables, no había ninguna de mis células que estuvieran cómodas, doy gracias a Dios de que la habitación no se haya quemado mientras nosotras dormíamos, nos había regalado el tiempo para reaccionar rápido y escapar.

Escuché varios gritos que provenían de uno de los cuartos del noveno piso. Corrí hacía la habitación de donde provenían los gritos, no logré ver el número de la puerta ya que estaba en llamas. Pero si pude observar a una de las chicas cayendo entre las llamas. El grito era inaguantable era de un sufrimiento puro. Quería ayudarla pero no podía, quería salvarla pero ya era muy tarde para ella y si no me apuraba seria demasiado tarde para mi. Aún así dije:

—Déjame ayudarte —fui en busca de agua pero ella respondió.

—¡No! ¡Vete!

El camino de una luciérnaga [Novela Cristiana]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora