9. ¿Rivalidad o casualidad?

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–¿Dónde estuviste?– Dijo Charlie curiosamente.

–Ah... fui con Edmund a un lugar aquí en Boston.– Charlie hizo una cara de sospecha, malicia y algunas cosas más.

–Con Edmund.– dijo con malicia.

–Si, lo acabo de decir.– dije encogiendome de hombros.

–Pregunta ¿Segura que no te gustará?–dijo ella dejando su abrigo en su perchero.

Negué con la cabeza.

–¿Segura? ¿Seguritas? ¿Ni un poquito?– volví a negar con la cabeza.

–El narnio solo es mi amigo, por favor Charlie apenas nos soportamos.– dije tirándome a mi cama de un salto.

–Igual... los shipeare desde las sombras.– dijo ella yendo al baño de reversa.

Comencé a reírme. Todo lo que decía Charlie era tonto ¿Por qué creia que me gustaba ese narnio?

***

Abrí de nuevo mi casillero al día siguiente y bajaron una rosa y una carta juntas. Me agachó para tomarlas pero una voz me distrae haciendo que caiga al suelo sentada.

–Hola Esther.– dijo sonriente.

–Hola Ethan.– dije nerviosa.

¡QUE VERGÜENZA! estaba en el suelo sentada con una mueca de dolor por la caída.

–Oh, déjame ayudarte.– me toma del brazo ayudándome.

Agarro la carta rápidamente y las escondo antes de que la noté.

–Gracias– dije algo sonrojada.

–De nada– Pasa una mano por su nuca nervioso –Quería saber... ¿Te gustaría ir al cine conmigo?

En ese momento sentí un montón de mariposas sobre mí. Si no estuviera recargada sobre el casillero ya me hubiera desmayado de todas las emociones juntas.

–Está noche, tú eliges la película.– dijo mientras sostuvo mi mano. –Me gustaría conocerte más Esther.

Ya imaginarán mi cara, un tomate es más descolorido que mi cara, me sentía en las nubes. Cuando un pensamiento me hizo sentir que regrese a la tierra de un tirón.

Recordé que los chicos me habían pedido ayuda en sus proyectos de historia y hoy era la única oportunidad de ayudarles a los 4, pero ¿Qué debo hacer? ¿Lo rechazo? Pero es un lindo ¿Cuándo se presentará una oportunidad así?

–Em... tengo algo que hacer en la noche ¿Puedo pensarlo un momento?– dije algo apenada.

–Claro, por el momento te esperaré– me dijo para después acercarse y darme un beso en la mejilla.

Se retiro después de eso, yo estaba más roja que un tomate bañado en colorante rojo, rara comparación pero muy correcta.

No se como aparecieron pero solo puse mi cabeza dentro del casillero y rápidamente escuche las voces de Will y Charlie haciendo que me sorprendieran, y me golpeará la cabeza con ese casillero.

Hice una mueca de dolor, y salió un sonido de mi boca.

–Esther ¿Estás bien?– dijo Charlie asomándose para ver mi pequeño escenario.

–Si, sólo, me golpeé la cabeza con el casillero– dije mientras pasaba mi mano varias veces por donde fue el golpe.

–Hay Esther– dijo Charlie poniendo su mano en la cara.

–Ven déjame ayudarte.– dijo Will sosteniendo los libros un poco, junto con las cartas y las rosas.

–Gracias Prager. Además de mi desagradable caso, tengo que contarles algo.

El camino de una luciérnaga [Novela Cristiana]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora