30. Infierno

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- Que casualidad - murmuró Lily con la voz temblorosa, Albus se colocó frente a ella blandiendo su varita.

- Viejo de verdad, ese aspecto te hace ver terrible - dijo Albus con tono burlón y Lily sintió que en vez de haber escuchado a Albus había escuchado a James.

- Vaya vaya, el Potter medio y Weaslecito, que alegría verlos - dijo Rosier con sorna mientras buscaba algo en el libro que traía en manos.

- Rosier, quédate quieto, somos cinco contra uno - amenazó Louis.

- No has mejorado el carácter Weasley - murmuró Louis.

- ¿Tú no deberías estar muerto? Si mal no recuerdo uno de los tantos hechizos desviados te dio - se quejó Albus.

- De hecho el hechizo lo desviaste tú, pareces ignorar ese detalle - comentó Rosier.

- ¿Qué no oyes? Quédate quieto - dijo Louis obstinado al ver que Rosier sacaba la varita mientras leía algo en el libro.

- ¿Saben por qué Clinschor mató tantas mujeres? No es como la leyenda muggle lo cuenta.

- ¿No? - preguntó Lily con curiosidad, Albus apretó su mano para que hiciera silencio, pero cedió con la curiosidad al recordar los espantosos relatos que había leído.

- Ustedes creen que me tienen acorralado - dijo Rosier entre risas.

- Y tal vez deberían ser más cuidadosos - agregó Wilson tras ellos. Lily volteó y alzó la varita - Buena la que hicieron abajo, pero no fue suficiente - prosiguió en un tono lleno de odio.

- Bueno creo que los hechizos con tu varita no tienen mucha potencia - opino Fleming encogiéndose de hombros.

- Rosier que... - dijo Louis al ver que Rosier movía la varita sobre el libro, pero se interrumpió al ver que el libro empezaba a soltar ráfagas de fuego.

- Lily, siento que perdimos el tiempo investigando a ese sujeto - dijo Fleming y en su voz podía percibir el miedo que ella también empezaba a sentir.

- El alma de las mujeres que mató fue albergada en este libro, disfruten - dijo Rosier antes de tirar el libro y salir corriendo. Tras de ellos Wilson también desapareció y la abertura por donde había entrado fue sustituida por una nueva continuidad de la pared, dejándolos atrapados en el salón.

- ¿Albergada? - repitió Alexa.

El libro soltó un estallido ensordecedor y todos pegaron un brinco asustados, al fijar su vista en las pagina que ahora ardían en llamas empezaron a emerger unos brazos  con apariencia inhumana, la piel lucía podrida y con costras que lo hacían ver más deformes y los dedos carecían de uñas.

- ¿Hay forma de cerrar el libro? - preguntó Alexa en un chillido.

Louis intento acercarse pero una onda lo alejó de regreso.

- Supongo que con hechizos.

- ¿Pero cuáles? - dijo Lily desesperada, al salir la cabeza de la mujer del libro recordó la pesadilla que había tenido hace meses y sintió que vomitaría en cualquier momento.

- ¡Aslan! - gritó Albus desesperado.

Escucharon el rugido del otro lado de la puerta, y el libro empezó a vibrar de forma peligrosa mientras emitía más ondas, el cuerpo de la mujer ya estaba de pie frente a él y los miraba con los ojos desorbitados, sus ropas lucían rotas y envejecidas, combinado con el resto de su putrefacta imagen.

- Bueno, si el león parlanchín no puede entrar, este es nuestro fin - dijo Fleming al ver que otra figura empezaba a emerger del libro.

Lily empezó a lanzar todos los hechizos defensivos que se le ocurrieron pero la figura de la mujer seguía avanzando a pasos lentos, los hechizos solo causaron algunos cortes que hacían ver medianamente desprendidos sus brazos.

📖 Lily Potter y el Persida de Clinschor 📖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora