28. Promesa

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28 de noviembre de 2033

- ¡Debieron haber avisado! - gritó Hermione molesta.

Cuando iban de salida de la mansión llegaron un grupo de aurores del país, y al ver la discusión que estaba teniendo Teddy con quien parecía ser el líder, Iván comprendió que se habían metido en un gran problema. Al final de la discusión todos habían sido escoltados a las sedes del Ministerio y fueron despojados de las varitas luego de las múltiples quejas de Rose y James, también perdieron momentáneamente los pergaminos que habían conseguido en la mansión. La única que no habían detenido era Adela por trabajar en aquel departamento y ya había ido a buscar a Harry y a Ron para que los sacaran de aquel lío. Iván estuvo deseando durante todo el rato aparecerse directamente en otro lugar para seguir la investigación, pero desprovisto de las pistas y no queriendo dejar al resto ahí, controlo el impulso de hacerlo dependiendo de la suerte que tuviera usando sus poderes. Aprovechó el tiempo y durmió la mayoría del tiempo que los dejaron encerrados en una de las oficinas, considerando que después necesitaría mantenerse despierto el mayor tiempo posible mientras recuperaban lo perdido.

En la madrugada Hermione había llegado junto a Adela y por su expresión nadie se atrevió a decir ninguna palabra, a excepción de Rose y James que de forma atropellada empezaron a explicar lo ocurrido.

- Señora Granger-Weasley,  si quiere podemos dirigirlos a un salón en privado - explico uno de los guardias que estaba repartiendo las varitas, estaba en uno de los pasillos del Ministerio y más de uno de los pocos transeúntes que quedaban se detenían a verlos con curiosidad.

- Cet idiot nous taquine, après nous avoir enfermés pendant des heures - se quejó Jasper bostezando, aunque el único que parecía haber entendido era Louis que le daba la razón asintiendo con la cabeza.

- Claro, ahora si son amables - bufó James arrancándole su varita de las manos.

- ¡James ahora no! - reprendió Hermione y esté se encogió de miedo - Vamos, no nos quedaremos. Gracias por su hospitalidad.

- ¿Y la evidencia? - preguntó Iván.

- Yo me los llevé, por eso tarde - respondió Adela - Gracias Lucas - dijo despidiéndose del guardia.

- ¿Y mis padres? - preguntó James - Mi mama...

- Ya me encargué de que las trasladaran a San Mungo y están siendo atendidas en Inglaterra, Harry las está cuidando - aseguró Hermione con una mirada más relajada - En cuanto venga Ron de hablar con su amigo nos vamos nosotros, ya trajeron suficientes problemas - dijo con tono de reproche.

- Pero mamá, de no habernos tardado tanto...

- ¡Rose tu ni siquiera deberías estar aquí! ¿No vistes lo que le ocurrió a Amapola?

- ¡Con más razón mamá! - dijo Rose con firmeza, y las miradas del resto iban de madre a hija - Nada me salvará de que me quieran atacar, ya esos tipos tumbaron todas nuestras defensas hace tiempo, mejor si lo afronto de una vez.

- ¿¡Y qué pasa con Narcissa!?

- ¡De ser así Iván tampoco debería estar aquí!

- ¡Claro que sí! - dijo Iván ofendido.

- Iván ahora no - dijeron ambas al unísono y su padre lo halo por el hombro para alejarlo del conflicto.

- En ese conflicto mejor no te metas - aconsejó su padre.

- ¡No hay excusas! Prefiero afrontar de cara el problema a que me agarren desprevenida como al resto, sin ofender - agregó mirando a Iván que había adoptado una postura defensiva ante el último comentario - Pero claramente no se cansaran hasta que nos haber derrotado a todos los que fuimos parte.

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