•Sólo Mío•🌹 ZARRY 🌹

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Zayn había tenido que asistir a la empresa para cerrar unas ventas con clientes importantes de París. Quienes además de venir con motivo de compra, presentaron a Zayn el proyecto de un primer automóvil de la marca JM Motors. Las motocicletas vendidas la vez pasada habían resultado un éxito y los Franceses estaban realmente interesados en algo más, pues sabían que la empresa contaba con los mejores motores de toda Europa en motocicletas.
Propusieron invertir al 80% en el lanzamiento del primer ejemplar, y sus respectivas pruebas para el lanzamiento.

Zayn propuso una segunda junta para tratar el tema, puesto que tenía que hablar con sus inversionistas mayores, uno de ellos, Mohamed, el padre de Gigi.

Después de su reunión de trabajo en la sala de juntas con los Franceses, se quedó charlando con ellos en su despacho, sobre cosas más personales que de trabajo.

—Kendall, ¿podrías traer cuatro cafés a mi despacho, por favor?— Dijo por el teléfono de su oficina a su secretaria— Ah, y Kendall, espero no hayas olvidado comprar mi nuevo celular, lo necesito para hablar con Mohamed más tarde... Gracias.— Colgó el teléfono y continuó con su charla, fingiendo interés en cada aburrido tema de sus clientes, aunque en su mente solo daba vueltas lo sucedido con Harry la noche anterior, y lo que había visto por todas partes esta mañana.

Su Harry, ¿Estaba en una relación con Luke?

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Harry daba vueltas de un lado para otro casi corriendo por todo el local, hoy en especial había mucha gente en el café, cómo nunca antes, y comenzaba a sospechar que muchos de los allí presentes, estaban por la mentira publicada en aquella revista. Incluso atrapó a un par de personas fotografiandolo, ¿Qué le pasaba a todo el mundo?, ¿Acaso no tenían una vida propia?, Se preguntaba repetidas veces, ese día era quizás el peor de su corta vida.

—¡HEY HARRY!— Una voz conocida lo hizo voltear y allí estaba Kendall, su amiga de infancia, era cuatro años mayor que él, pero solían jugar cuando ella vivía en el mismo condominio que Harry. Ahora solo veía a Kendall cuando ella llegaba a comprar al café, pues por lo que habían platicado la última vez, ella tenía un jefe muy gruñón y exigente que la cargaba de trabajo, no tenía descanso, pero sí un jugoso sueldo.

—¡Kendall, Hola!— El rizado corrió hasta ella y la abrazó sintiéndose reconfortado por primera vez en el día.— ¿A qué has venido?

— Bueno, ya sabes, mi jefe me ha pedido cuatro cafés, de los de siempre, está vez son urgentes.—

—Bien, en seguida los traigo Ken.—

—Harry, una cosa más... ¿Podrás entregarlos tú? Por favor dime que sí bebé, mi vida depende de eso. Olvidé comprar algo que el tarado de mi jefe me encargó ayer y debo pasar a buscarlo. Por favor ricitos.— Hizo un puchero a su amigo y este sólo rodó los ojos.

—De acuerdo, dame aquí la dirección. —tendió su pequeña libreta de notas a Kendall, está rápidamente la anotó y le entregó a Harry el dinero.—

—Te adoro pequeño, nos vemos luego, ¡Gracias!— Salió del local mientras se despedía de Harry agitando su mano y lanzando besos con ella hacia Harry.—

Harry se apresuró para cumplir con el favor de su amiga, una vez estuvieron listas las bebidas, las empacó y salió a entregarlas. La empresa donde Kendall trabajaba quedaba un poco retirada para ir caminando, así que tomó prestada la motocicleta de su amiga Wanda, la cocinera.

Llegó al que parecía ser el edificio, era muy alto y lujoso, llevaba por nombre JM Motors, ya había visto ese nombre en varias motocicletas caras de algunos clientes.
Observó una vez más el papel que contenía la dirección, este al final decía, "último piso".