Hyung Won no supo cuánto tiempo llevaba con el teléfono en la mano y el brazo en alto, dando vueltas sin sentido buscando cobertura. Había perdido la cuenta, y sus intentos fallidos estaban empezando a querer hacerle llorar. Él solo quería mandarle un mensaje a su mejor amiga, no pedía nada más, solo unos segundos de cobertura para que el puñetero mensaje de Telegram se mandara de una vez. Sin embargo, parecía que la suerte (o, más bien, las montañas), no estaban precisamente de su lado.
-Aquí no hay cobertura, no lo intentes.
Aquella voz que había salido de la nada consiguió sobresaltarle tanto, que por poco no se le cae el teléfono al suelo.
Se giró en la dirección de la que provenía la voz, y se encontró con Ho Seok pasando por la carretera, cargado con dos cajas de madera para fruta que estaban vacías. Había acera a ambos lados de la carretera, pero todo el mundo usaba la carretera como si fuera una calle peatonal, porque pasaba un coche por allí cada media hora con mucha suerte.
Hyung Won bajó el brazo, ya cansado de hacerlo inútilmente y fingió un sollozo, como si fuera un niño pequeño.
-¿Por qué no entras al hotel? -le dijo Ho Seok-. Hay un teléfono en el comedor que puedes usar.
-Es que hay una chica usándolo -se quejó Hyung Won-. Y, además... quería un poquito de privacidad y me da miedo que alguien lo escuche allí...
Ho Seok resopló con desgana. Luego dejó las cajas en la acera, se acercó con prisas a la puerta del restaurante y la abrió.
-¡Maldita seas, Yoo Yeo Joo!, ¡hay más gente que quiere usar el teléfono, deja de acapararlo! -le gritó a la chica, y Hyung Won pegó su móvil contra su pecho mientras se preguntaba si Ho Seok habría ignorado a propósito lo último que él había dicho.
-En serio, que no hacía falta...
-No es solo por ti -contestó Ho Seok tras cerrar a puerta del restaurante-. Es que con él en la oreja. Se cree que es suyo o algo.
-¿Es que no tiene en casa? -le preguntó Hyung Won con curiosidad. Ho Seok hizo un gesto despreocupado con la mano.
-No quiere que su tía la oiga, así que viene aquí.
Hyung Won solo alcanzó a contestarle un "ohh", luego la puerta del restaurante volvió a abrirse y de ella salió la chica a la que ya había visto usar el teléfono. Rozaba en metro setenta, siendo un poco más baja que Ho Seok, pero no demasiado. Era muy guapa, y tenía el pelo largo y de color castaño oscuro. A Hyung Won, físicamente le recordó a un zorro (y, ya que se ponía a encontrar símiles de animales, acababa de darse cuenta de que Ho Seok parecía un conejo blanco).
Ella miró a Ho Seok de reojo y le sacó la lengua, lo que hizo que él se riera. En cambio, al mirar al frente y ver a Hyung Won, frunció el ceño y se puso seria de verdad. ¿Un turista iba a quitarle su tiempo al teléfono? Debía ser una broma.
Le dedicó a Hyung Won una de esas miradas que mataban, y después se fue calle arriba refunfuñando.
Genial, pensó Hyung Won, la primera chica adolescente y guapa que veía y ya le odiaba por algo que siquiera tenía que ver con él. Empezaba bien en el pueblo ese.
La miró alejarse, sin saber muy bien por qué la miraba. Mientras se dedicaba a eso, Ho Seok volvió a encaminarse a hasta la acera y recogió sus cajas.
-Adiós -le dijo a Hyung Won como despedida. Él despertó de sus ensoñaciones de golpe al escuchar esa voz, y susurró un "adiós" de vuelta que no estuvo muy seguro de que Ho Seok hubiera oído.
¿Qué diablos le pasaba a ese chico? Pensó Hyung Won. Por qué le trataba como si le conociera de toda la vida o le debiera algo. Le ponía muy nervioso. Él era un chico tímido de ciudad que no interaccionaba con la gente a no ser que les conociera, y él no conocía a Ho Seok, aunque Ho Seok se empeñara en tratarle con esa familiaridad extraña.
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301 miles to find you » Hyungwonho. MONSTA X
RomanceHyung Won pensó que aquel sería el peor verano de su vida. En un pueblo en medio de la nada con muchos bichos, mucho sol y cero cobertura, solo esperaba dos semanas terriblemente aburridas. Pero allí conoció a Ho Seok, y su vida dio un vuelco. Mien...