Long Walks #31

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-Perdonad, ¿tenéis fuego?

Joo Heon y Chang Kyun sabían que no debían estar despiertos a esas horas, porque por un momento casi pensaron que esa persona que había aparecido de la nada frente a ellos debía ser producto de su imaginación.

-No fumamos, lo siento -le contestó Joo Heon. Chang Kyun apenas se molestó en mirarla, de lo cansado que estaba, a pesar de que la chica, por lo que había visto por el rabillo del ojo, era bastante guapa.

Eran las dos de la mañana, pero en vez de estar en la cama, ellos se dedicaban a balacearse suavemente en unos columpios de madera que colgaban de una viga en el porche trasero de la casa rural. Habían estado jugando a la consola un buen rato, tirados en unos sofás que había en el vestíbulo, y cuando se habían querido dar cuenta, se había hecho completamente de noche. Fue entonces cuando Chang Kyun arrastró fuera a Joo Heon para que vieran las estrellas.

Una tontería muy absurda, si lo pensaban fríamente los dos, pero la idea de subir las escaleras y meterse en la cama de sus respectivas habitaciones sonaba a demasiado trabajo. Chang Kyun, además, no tenía ningunas ganas de quedarse a solas con sus pensamientos. No después de lo que había pasado con Yeo Joo. O más bien con Ki Hyun, que, si no recordaba mal, era su nombre real.

Después de llegar a la posada aquel día donde todos se fueron a la playa menos él, Ki Hyun se le había acercado diciéndole que debía contarle algo. Por su expresión de preocupación, Chang Kyun supo que debía ser algo gordo, pero ni de lejos se esperaba algo así. Había sido completamente súbito, y le había dejado con demasiadas preguntas, y para muchas de ellas aún no tenía respuesta. Que Ki Hyun se hubiera ido al día siguiente no ayudaba.

Chang Kyun seguía repitiendo en su cabeza lo que había pasado cada vez que se distraía, por eso había intentado matar la máxima cantidad de tiempo posible no quedándose solo y jugando a videojuegos. Se había vuelto a empezar un juego de Pokémon de la segunda generación y en día y medio había conseguido cuatro de las siete medallas, y eso que había pasado bastante tiempo haciendo cosas con Joo Heon. Una locura. La primera noche, había jugado hasta tan tarde que se había dormido en el sitio, con la consola encendida en su regazo. (Por suerte estaba conectada a la corriente. Chang Kyun sabía que hubiera llorado si se hubiera despertado y la consola se hubiera apagado por no tener suficiente batería, perdiendo las cinco o seis horas de progreso en el juego por no haber guardado ni una sola vez).

Pero era difícil no pensar en eso. Incluso aunque se moría de sueño y le pesaban los párpados, era difícil no pensar en eso.

Ki Hyun se lo había llevado a su habitación en la posada, y Chang Kyun recordaba cómo ya subiendo las escaleras había notado que él temblaba, y que aquella conversación iba a ser complicada. Él sabía (o intuía, al menos), que había otro (u otros) chicos en la vida de Ki Hyun. Primero, porque solo había que verle, y segundo porque había muchos días que Ki Hyun simplemente desaparecía durante horas, y Chang Kyun sabía que, aparte de Ho Seok, él no tenía más amigos allí. Al menos, Yeo Joo no tenía más amigos que Ho Seok allí.

Teniendo en cuenta que Hyung Won y Ho Seok pasaban demasiado tiempo juntos, la respuesta al asunto de Ki Hyun tenía una solución bastante simple.

Hubiera deseado que se tratara de eso, que Ki Hyun fuese a decirle que tenía novio o que estaba interesado en otra persona. Podría haberse peleado por conquistarle, o saberlo podría haberle hecho despertar de ese intento estúpido de convencerse de que lo que sentía por Yeo Joo (porque por Ki Hyun no sabía qué sentía todavía), era simple y llanamente deseos de ser su amigo, sumado a cierta tensión sexual que no valía la pena tratar de satisfacer si con ello, quizá, su amistad se arruinaba. En vez de eso, ahora se sentía traicionado. Aunque supiera perfectamente que no tenía ningún derecho a sentirse así, que todo eso era mucho más complicado, doloroso y confuso para Ki Hyun que para él.

301 miles to find you » Hyungwonho. MONSTA XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora