Hyung Won soltó un siseo en cuanto los dedos de Ho Seok se apoyaron sobre su esternón desnudo.
Toda esa situación era de lo más rara e inverosímil. Hyung Won no tenía ni idea de en qué momento su día se había desviado tanto como para acabar así aquella tarde.
Lloriqueó un poco, y Ho Seok le mandó callar.
-¿Quieres estarte quieto?
-¡Es que duele!
Ho Seok apartó la mano del pecho de Hyung Won, y al mirarle suspiró.
-Eres muy gracioso, ¿sabes? Te dije que iba a abrirte la puerta, ¿por qué saltas el maldito muro? Mira la herida más tonta que te has hecho.
Hyung Won, con cara de pocos amigos, gruñó y rodó los ojos.
Había sido demasiado impulsivo y había ido con demasiada prisa, se lo admitía, pero tenía ganas de verle y era un simple humano. ¿Qué iba a hacer, sino?
Por la mañana, sus padres habían querido llevarles a ver el parque natural que había cerca (lo que significaba que, básicamente, les habían obligado a ir con ellos). Hyung Won había discutido con ellos porque no quería ir, había incluso ido a buscar a Ho Seok para que le salvara, pero Ho Seok le había dicho que fuera menos cabezota y les acompañara, que el parque era bonito y no podía haber ido desde Gwangju hasta Gangwon para no ver Seoraksan en condiciones.
A regañadientes (y después de que Ho Seok le dejara meterle la lengua hasta la campanilla y le dijera que podría meterle mano cuando volviera), Hyung Won había acabado aceptando.
La idea de toquetear a Ho Seok había estado en su mente todo el día, como un cosquilleo sobre la piel. Tal vez por eso no había tenido la paciencia para que Ho Seok le abriera la puerta antes de saltar el muro cuando volvió, aunque, no supo cómo, se acabó rozando con una rama del ciprés y haciéndose daño.
No pensó que fuera para tanto, al menos hasta que se quitó la camiseta y vio que tenía tres arañazos en el pecho. Ho Seok estaba intentando ponerle aloe vera en las heridas para que se le curaran antes y dolieran menos, pero Hyung Won no paraba de quejarse.
Al final, cansado y harto de que Hyung Won le hiciera la vida imposible, le sujetó las muñecas y le pegó las manos abiertas a sus pectorales.
-Toma, tócame todo lo que quieras, pero déjame ponerte el maldito gel.
Hyung Won se quedó atónito, con sus manos pegadas al pecho de Ho Seok, tan grande y sorprendentemente blandito y suave. Era casi como tocarle las tetas a una chica. Probó a apretar un poco con los dedos, y de no haber estado demasiado ocupado mirando lo que hacían sus manos, habría visto las orejas de Ho Seok volverse aún más rojas que las heridas de su pecho.
Ho Seok no quería siquiera pensar en lo que sentía cada vez que Hyung Won le tocaba, mucho menos ahora, tocándole el pecho y sin ropa de por medio, con lo sensibles que había tenido los pezones siempre. Pero, si esa era la única forma que tenía de distraer a Hyung Won, tendría que soportarlo.
Untó más gel sobre las heridas, y en cuanto lo hizo sintió el agarre de Hyung Won hacerse más firme en sus pectorales. Como si Hyung Won estuviera usando su pecho cual pelotas antiestrés, o algo.
Le apartó las manos al acabar, y Hyung Won se vio mordiéndose el labio inferior cuando vio que la piel de Ho Seok se había vuelto roja bajo sus manos y cómo sus dedos se apreciaban marcados allí. Si hubiera sido un poco más atrevido, hubiera hecho caso a la voz en su cabeza que le chillaba que mordiera esos pezones.
-Vamos a la piscina, va. Dejemos que la piel absorba el aloe y luego nos metemos en el agua, ¿vale?
Se levantó de la cama con prisas, antes siquiera de que Hyung Won pudiera alzar la vista para mirarle a la cara. Hyung Won quería tocarle demasiado, y Ho Seok no se sentía especialmente fuerte ese día como para soportar que le miraran así.
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301 miles to find you » Hyungwonho. MONSTA X
RomanceHyung Won pensó que aquel sería el peor verano de su vida. En un pueblo en medio de la nada con muchos bichos, mucho sol y cero cobertura, solo esperaba dos semanas terriblemente aburridas. Pero allí conoció a Ho Seok, y su vida dio un vuelco. Mien...