Hyung Won detuvo en seco su bicicleta, obligando a Ho Seok, justo detrás de él, a hacer lo mismo con tal de no llevárselo por delante.
Habían ido en paralelo durante prácticamente todo el trayecto, pero en esa zona el camino se había estrechado, y solo quedaba un fino sendero donde la hierba, húmeda, no crecía tan alta.
Estaban yendo por un camino de senderismo que conectaba una de las localidades vecinas (donde Hyung Won había estado con Ho Seok mil veces), con algunas no solo más alejadas, también más grandes.
La madre de Ho Seok les había mandado a comprar a un hipermercado que había a casi una hora en bicicleta, para buscar cosas que en los supermercados de la zona no había, o no de forma suficiente para llenar la despensa. Debían haber ido en coche con la señora Yoo, pero Ki Hyun se había ido quién sabía dónde con él, y Ho Seok le propuso a Hyung Won ese plan alternativo, y él no dijo que no, a pesar de que sabía que sus piernas se iban a enfadar con él más tarde por esa decisión.
Ahora iban de vuelta, con Hyung Won cargando dos bolsas medianas en el manillar de su bicicleta, y con cuatro más en los cestos que colgaban a los laterales del portabultos trasero. Ho Seok llevaba dos bolsas delante, también, y sobre el portabultos una nevera de camping llena hasta arriba con reservas de carne de todo tipo.
Ho Seok pretendía preguntarle a Hyung Won que por qué se detenía de ese modo sin avisar, pero no hizo falta. Cuando levantó la vista, el motivo se lo encontró junto frente a sus ojos.
Era un rebaño de ovejas, al otro lado del riachuelo donde estaba el sendero que les servía para volver a casa.
En todos aquellos días en que Hyung Won había estado en el pueblo, Ho Seok le había llevado a algún que otro campo de cultivo, pero no a las granjas.
Hyung Won había pensado que, si habría campos de cultivo, también habría animales de campo. Tenía sentido, eso era lo que él imaginaba de la vida de pueblo: bosque y ovejas y árboles frutales y plantas con hortalizas, pero a las ovejas no las había visto, no hasta entonces, y aunque había querido preguntar, le parecía ridículo hacerlo, como si temiera que Ho Seok fuera a decirle que eso era una estupidez de lo más aburrida. Pero ahora allí estaban las ovejas, frente a él a apenas pocos metros, y Ho Seok se rio. Hyung Won se giró, descubriendo una sonrisa en esa cara que casi le hizo sonrojarse.
-Hay un puente un poco más adelante, por si quieres verlas más de cerca.
Hyung Won no dijo nada, pero debió ser que Ho Seok vio las ganas en su cara, igual que lo hizo él en Ho Seok aquella vez en la feria con el carrusel, porque le adelantó sin mucha prisa pisando la hierba húmeda y el musgo, y le hizo un gesto para que le siguiera.
Cruzado el puente, los dos se sentaron allí, sobre la madera húmeda del final del mismo, mirando más de cerca ese enorme rebaño de ovejas esquiladas. Debian ser 30, o quizá incluso 50, Hyung Won no estaba seguro. El pastor estaba detrás de ellas, pero muy lejos de Hyung Won y Ho Seok, un bulto con gorra quizá a 50 metros de ellos dos. También había un perro pastor, un Border Collie negro y blanco que vigilaba desde la distancia e iba de un lado a otro con la cola tiesa hacia arriba.
-¿Por qué no las habíamos visto hasta ahora? ¿Es que cerca de tu pueblo no hay?
-Sí hay, Wonie. Es que los pastores suelen salir temprano, porque luego hace mucho calor, y tú y yo siempre nos despertamos más bien tarde -le dijo, dándole un golpecito con el codo en las costillas-. Salvo alguna excepción que sé que odias.
Hyung Won le devolvió el codazo.
-Es que me gusta pasar tiempo contigo en la cama, hyung, es que no lo entiendes -le dijo, aunque la forma en que levantaba las cejas ya indicaba que muy en serio no hablaba.
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301 miles to find you » Hyungwonho. MONSTA X
RomanceHyung Won pensó que aquel sería el peor verano de su vida. En un pueblo en medio de la nada con muchos bichos, mucho sol y cero cobertura, solo esperaba dos semanas terriblemente aburridas. Pero allí conoció a Ho Seok, y su vida dio un vuelco. Mien...